El comercio valenciano no escapa a la crisis que vive la industria carabobeña, un sector donde la capacidad ociosa actual supera con creces el 70%, de acuerdo con los datos de los organismos gremiales. De hecho, la Cámara de Comercio de Valencia afirma que en el primer trimestre cerraron sus puertas unos 300 locales, una tasa de mortalidad de 100 tiendas mensuales o lo que es lo mismo, más de tres locales al día.
Guillermo Manosalva, presidente de la centenaria cámara, señala que de continuar esta situación, no es descabellado pensar que 2016 culminará con cifras mucho más rojas que las registradas en 2015, cuando según los cálculos de la alcaldía valenciana desaparecieron más de 3.000 comercios.
Señala que el censo de 2014 arrojó un total de 18.500 comercios activos de acuerdo con la oficina de actividad económica del gobierno local, cantidad que para diciembre de 2015 había descendido en 3.700 comercios, lo cual tuvo un fuerte impacto en el empleo, pues se perdieron más de 11.000 puestos de trabajo.
“Esas personas aterrizaron en el comercio informal, que en la ciudad creció casi 25% en un año”, refiere el vocero, precisando que los 300 comercios que cerraron en los primeros meses de 2016 significó el despido de otros 900 trabajadores, mientras que la disminución de las ventas se estimó en un 65% frente al mismo período de 2015.
– Optimista pese a todo –
Pese a ello, Manosalva asegura que la situación de los comerciantes valencianos está en mejores condiciones que sus pares del resto del país, en buena medida por contar con la cercanía de un parque industrial que permite, en la medida de sus posibilidades, abastecerse de insumos con mayor rapidez.
“Es una ligera ventaja porque tampoco es que la industria local esté boyante, pero nos permite estar algo mejor”, dice, aunque reconoce que lo que sí ha afectado el suministro de productos es el cierre de la frontera con Colombia, desde donde provenía un buen porcentaje dela mercancía que abastece a la zona.
Manosalva señala que un reciente convenio firmado entre la Cámara de Comercio Venezolano-Brasileña (Cavenbra), la Cámara de Comercio Brasileña-Venezolana, la Cámara de Industria y Comercio de Boa Vista y la cámara valenciana, con el cual se busca un acercamiento entre ambos países en un intento por potenciar el comercio de ambas ciudades.
La idea de negocios planteada por los brasileños es aprovechar la planta física instalada en Valencia en áreas como plástico, metalurgia y transporte, entre otras, a fin de realizar una especiede maquila con insumos traídos de la capital del estado fronterizo de Roraima, donde existen recursos excedentarios que pueden potenciar la inoperativa industria carabobeña.
Ello permitiría satisfacer la demanda en aquel lado de la frontera y reactivar el comercio en Valencia. “Estamos buscando las condiciones para que resurja la economía local”, acotó el líder gremial, quien precisó que de esta manera estarían generando las divisas para necesarias para reanimar el comercio valenciano.
Del mismo modo, apuntó que la alcaldía de Naguanagua, municipio que conforma la zona metropolitana de Valencia, puso en marcha un programa de incentivos para que empresas de tecnología se instalen en esa localidad, con lo cual ya dos empresas del área han firmado acuerdos con el gremio comercial para la expansión de sus actividades en la zona.