Para ello, Lobo aseguró: «Nos corresponde optimizar los mecanismos de control y seguimiento para evitar que precisamente la especulación pueda absorber o minimizar el incremento (salarial) que de manera constante hemos venido desarrollando”.
Acompañado del presidente del Banco Bicentenario, Miguel Pérez Abad, el ministro señaló que un aumento de salario no indica de manera automática un incremento general de precios, para eso hay que aumentar el nivel de productividad.
La política salarial forma parte del sistema de precios que está en revisión por parte del gobierno, dijo. En 18 años «hemos hecho incrementos de manera oportuna y adecuados a los niveles que exige la economía».
Pérez Abad sostuvo que «se ha instalado en la economía nacional esa tasa marcadora (dólar paralelo) que afecta -porque dependemos mucho de la importación de insumos y materias primas- la formación de precios. Por eso cuando sube la tasa de cambio normalmente detrás va una ola especulativa en incremento de precios».
Refirió que la activación de casas de cambios fronterizas con las que el gobierno pretende bajar presión al precio de la divisa en el mercado paralelo, casas de cambio son una primera acción. Vendrán otras que «buscan desmovilizar la tasa marcadora especulativa y será el gobierno el que marque la tasa de cambio de racionalidad para la importación de materias primas, insumos y bienes de capital», indicó.
«Las casas de cambio son un dique de contención para la extracción de papel moneda», aseguró.
El reto de este 2017, dijo, es expandir la producción, mejorar la distribución y derrotar la inflación inducida.
Venezuela cerró 2016 con una inflación de 799,9%, de acuerdo con cifras preliminares del Banco Central de Venezuela, y una contracción del Producto Interno Bruto de 18,6%.
Los prolongados controles sobre la economía, así como el excesivo intervencionismo y la fuerte caída en los precios del petróleo en los últimos dos años provocaron el colapso económico.