Al margen de la bizantina discusión de si Venezuela cayó o no en hiperinflación, las estadísticas del Cendas apuntan a una escalada de precios tan perniciosa como la vivida en 2016 y prevé que al cierre de este año la canasta alimentaria familiar alcanzará los 3,17 millones de bolívares.
“Estamos previendo un escenario muy negativo de repetirse la tendencia del año pasado”, dijo Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas) de la Federación Venezolana de Maestros durante su intervención en el foro que sobre dolarización de la economía organizó Cedice Libertad.
De acuerdo con sus estimaciones, los diferentes aumentos que decretará el Ejecutivo elevarán el salario mínimo a unos 100 mil bolívares, monto que se diluirá por efecto de la inflación y hará necesario invertir 31,7 salarios básicos para cubrir los costos de alimentación de una familia promedio de cinco miembros.
Recordó que mientras en 1990 apenas se necesitaban 2,24 salarios mínimos para adquirir los nutrientes esenciales para la familia, al cierre de 2016 se requerían más de 20 salarios, mientras que para cubrir la canasta básica se precisan 27,4 salarios al monto actual.
De igual manera, estima que este año el bono de alimentación se elevará por encima de 233.300 bolívares, con lo cual el sueldo nominal del trabajador ascendería a 333.300 bolívares, lo que apenas alcanzaría para cubrir 10,5% del costo de la canasta alimentaria.
El Cendas prevé que la canasta básica familiar (que incluye servicios) se ubique por encima de los Bs 6,3 millones si el cálculo se realiza con base en los indicadores adoptados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Meza indicó que al día de hoy los alimentos sufren un incremento diarios de 1,2%, mientras que la canasta básica familiar sube 1,33% cada día, “el mismo nivel de inflación que tiene Ecuador al año”, dijo.