Empresas y Negocios

Estas empresas rivales se unieron para producir vacunas contra covid-19

En los últimos meses, las grandes farmacéuticas pasaron de aplicar una estrategia competitiva contra sus rivales a un modelo más complementario. Para algunos, esta decisión solo obedece a la necesidad que tienen todos los países de inmunizar a sus ciudadanos, pero en realidad, terminó por ser la respuesta para salir de una profunda crisis

Rivales
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Dos de los rivales más grandes del negocio farmacéutico, Merck y Johnson & Johnson, firmaron el pasado martes 2 de marzo un acuerdo para producir vacunas contra la covid-19.

De este pacto surgen numerosas preguntas por la influencia que tendrá a nivel empresarial, pero la principal es: ¿por qué se enfrentan estas empresas en tiempos normales y se asocian durante las crisis?

¿Quién ayuda a quién?

La urgencia sanitaria obligó desde el principio a las empresas a cambiar de estrategia. En abril de 2020, la francesa Sanofi y la británica GSK firmaron un acuerdo inédito para desarrollar juntos una vacuna (todavía en fase de ensayo). Los acuerdos fueron simples: Sanofi aportaba el principio activo, su especialidad, y GSK el adyuvante.

Frente a los retrasos, e influida por la presión política en Francia que exigía acelerar la campaña de vacunación, Sanofi anunció a principios de 2021 que pondría una de sus fábricas al servicio de la producción de la vacuna estadounidense Pfizer/BioNTech, la primera que obtuvo resultados.

Desde entonces, las alianzas de este tipo se multiplican: Sanofi selló un segundo acuerdo a escala europea con el estadounidense Johnson & Johnson, mientras la suiza Novartis anunció que producirá la vacuna Pfizer/BioNTech.

Por su parte, la alemana Bayer fabricará hasta finales del año que viene la vacuna creada por su compatriota CureVac. Esta es una empresa biotecnológica que se alió con GSK para su desarrollo.

La última de las alianzas anunciadas es la conocida el martes, donde la estadounidense Merck ayudará en la producción de la vacuna Johnson & Johnson.

«Es el tipo de colaboración entre empresas que tuvimos durante la Segunda Guerra Mundial», celebró el presidente de EEUU, Joe Biden.

¿Quién hace qué?

Sin embargo, los roles son diferentes en cada caso. Pfizer/BioNTech o Johnson & Johnson, que crearon las vacunas, tendrán el control sobre la producción de los principios activos, las sustancias imprescindibles para que funcionen.

Bayer, Merck, Novartis y Sanofi se suben al tren en marcha para envasar las vacunas e introducirlas en los frascos.

Esta etapa exige competencias menos específicas a pesar de la complejidad técnica. Especialmente, en el caso de las vacunas de ARN mensajero, como la de Pfizer/BioNTech, pues necesitan condiciones de frío extremo.

En este sentido, Sanofi escogió para su colaboración con Pfizer su planta de Fráncfort, ya que la empresa biotecnológica BioNTech tiene una instalación en la zona, lo que facilita la logística.

¿Por qué se dan estas alianzas?

La situación de cada uno de los laboratorios que ponen sus medios a disposición de la competencia son diferentes.

En el caso de Sanofi continua con el desarrollo de sus dos proyectos de vacunas del covid-19, pero no estarán disponibles como pronto antes del final del año 2022.

Merck, por su parte, interrumpió la investigación de sus principales proyectos de vacunas contra el coronavirus, porque los considera poco prometedores.

Y por último, Bayer y Novartis no están especializados en el campo de las vacunas, así que no se lanzaron a la carrera para su desarrollo.

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