La caída en los ingresos del país preocupa a los mercados financieros en la medida que la capacidad de pago a los tenedores de bonos esté comprometida.
Los bonos venezolanos cayeron casi 15% en el mes de enero, según JP Morgan, cita la publicación estadounidense, para señalar que, de una fuente de oportunidad, Venezuela se ha convertido en un motivo de alarma para los inversionistas.
Venezuela debe pagar $1.500 millones que vencen este mes, pero las interrogantes se abren sobre si vale la pena quedarse con ellos o venderlos, de cara a la incertidumbre que se cierne sobre el país en los próximos años.
“La pregunta no es si Venezuela caerá en cesación de pagos, sino cuándo lo hará”, dice Russ Dallen, socio del banco de inversión Latinvest Group Holdings.
La probabilidad de una cesación de pagos en un plazo de cinco años puede llegar a 97%, si se mide por el costo de asegurar la deuda de ese país contra un default.
Una cesación de pagos generaría una onda expansiva que podría envolver a otras economías emergentes, muchas de las cuales aumentaron sus niveles de endeudamiento durante el reciente auge de los precios de las materias primas, destaca la publicación.
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