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¿Qué pasó ayer? Claves para entender el "no aumento" del salario mínimo en Venezuela

Mientras unos apostaban a que el salario solo aumentaría a escasos $30 mensuales, otros estimaban al menos $100. Ninguno acertó. Tras el anuncio de Maduro, el salario mínimo en Venezuela sigue siendo el mismo (Bs. 130 o $5) y las protestas en la calle continúan

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La decepción llegó a todos los niveles. El tan esperado anuncio del aumento del sueldo mínimo en Venezuela finalmente se hizo el 1 de Mayo en medio de la celebración del día del trabajador. El país con el menor salario mínimo de la región sigue así. Como una válvula para escapar de un aumento que incida en el pago de prestaciones y que arrope a los pensionados, Maduro decretó un aumento bonificado. Los trabajadores recibirán un bono de Guerra Económica de $30 y un aumento del bono de alimentación a $40.

La estrategia del Gobierno resulta obvia. No va a incrementar el pasivo laboral con 5,5 millones de empleados públicos y alrededor de 5 millones de pensionados y jubilados

«Uno puede ser muy revolucionario, pero no se puede caer a coba (a mentiras)», dijo Julio Manrique, empleado público a la salida de la marcha, a la que salieron miles de personas. El aumento «prácticamente es nulo, eso se va en pasaje», añadió este hombre que tiene una pequeña bodega en su casa para llegar a fin de mes.

«No te puedes comprar unos zapatos, no te puedes dar el lujo de comprar ropa».

¿Hubo o no hubo aumento?

  • Lo que se anunció fue el aumento del cestaticket de 45 bolívares ($1,82) hasta el equivalente en bolívares de 40 dólares mensuales, un aumento de 2.098%.
  • La entrega de un «Bono de Guerra» cuyo monto equivalente en bolívares será de 30 dólares, esto después de rectificar el primer monto que había dado que era de $20.
  • A diferencia del aumento del año pasado, los aumentos en los bonos estarán anclados al tipo de cambio del BCV, según dijo Maduro en su discurso

¿Cómo queda el salario mínimo?

Sin variación, sigue siendo 130 bolívares mensuales, equivalentes a 5,25 dólares oficiales de este 1 de mayo.

¿Por qué el Gobierno hizo esto?

El Gobierno busca no incrementar el pasivo laboral con 5,5 millones de empleados públicos y alrededor de 5 millones de pensionados y jubilados.

Al bonificar el salario en 91% se elude el sistema de retroactividad de las prestaciones previsto en la Ley del Trabajo, Trabajadoras y Trabajadores.

¿Qué pasa con los pensionados?

Como está planteado el esquema actual, los pensionados y jubilados no reciben aumento del sueldo mínimo. El beneficio del cestaticket está contemplado solo para trabajadores activos, por lo que las dudas sobre si se recibirían algún tipo de aumento quedó en el aire con la declaración de Maduro. Sin embargo, el ministro de Trabajo, Francisco Torrealba, aclaró a través de su cuenta de Twitter la situación.

  • Jubilados de la administración públicacobrarán el equivalente a 49 dólares por concepto de bono de guerra, más el monto que vienen cobrando por jubilación.
  • Pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS)cobrarán el equivalente en bolívares a 20 dólares del bono de guerra indexado, más los 130 bolívares cobrados como pensión.

No solo es el sueldo mínimo

Algo que no queda claro es lo que sucede en la administración pública con los empleados que ganan más de sueldo mínimo. Las tablas salariales se ajustan a porcentajes precisamente del sueldo mínimo, y como este no tuvo variación se esperaría que los demás sueldos tampoco se muevan.

¿Cómo impacta el anuncio al sector privado?

En la práctica, habría una incidencia muy limitada, porque la remuneración promedio en la empresa privada oscila entre 140 y 150 dólares mensuales para los obreros y otros trabajadores no calificados.

Sin embargo, estos montos aprobados funcionan como un equivalente del salario mínimo, por lo que cualquier empresa con condiciones salariales inferiores a estos montos básicos, tendrá que ajustar, a partir de la entrada en vigencia de esta disposición presidencial.

«Haciendo más con menos»

Maduro decretó el último aumento salarial en marzo de 2022, cuando pasó de 7 a 130 bolívares. En ese momento equivalía a poco menos de 30 dólares, pero desde entonces la moneda venezolana se desvalorizó 82%.

El mandatario aclaró que los 60 dólares en bonificaciones serán de hecho indexados a la tasa de cambio oficial.

De cualquier forma, está lejos de los 510 dólares que cuesta la cesta alimentaria, según estimaciones privadas de este país que acumula una inflación interanual de 501%, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, referencia ante la falta de cifras oficiales.

«Yo quisiera tener los recursos para hacer más, estamos haciendo más con menos», insistió Maduro.

Venezuela está sumida en una profunda crisis económica desde hace una década, agravada con las sanciones buscaban la caída de Maduro, que incluyen un embargo petrolero.

«Es un golpe, una erogación a las arcas del Estado», explicó a la AFP el economista César Aristimuño. «Buscará la manera de obtener eso del ingreso petrolero y no pondrá al Banco Central a imprimir».

«Esto al sector privado no lo afecta mayoritariamente, porque (el salario promedio) está muy por encima de esto», añadió.

Petróleo para prestaciones

Maduro indicó por su parte que aprobó la entrega de 50 pozos petroleros al fondo de prestaciones sociales para que asuman el total de la venta de ese crudo en el mercado internacional.

«Ahora están produciendo 9.500 barriles diarios pero va a llegar a producir 20.000 barriles diarios y nosotros le vamos a entregar al fondo nacional de prestaciones sociales de los trabajadores esta macolla (los 50 pozos) para que todo el petróleo que allí se produzca, se venda y ese dinero sea para las prestaciones sociales de los trabajadores venezolanos», indicó.

Las protestas continúan

Más temprano, unos 1.500 trabajadores venezolanos, entre activos y jubilados de la administración pública, protestaron contra los «salarios de indigencia» que perciben.

«No vivimos, sobrevivimos», dice a la AFP Dary Romero, de 50 años y enfermera de un hospital en el que gana 160 bolívares. «El salario se nos va en el pasaje (de bus), pero trabajamos con mucha vocación de servicio (…). Los fines de semana me dedico a ser emprendedora y vendo perros calientes, con eso me ayudo y bandeo mis necesidades básicas», explica.

Con información de AFP y Banca y Finanzas

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