Sucesos

Huétor Tájar, España: un hombre de 72 años mata a sus nietos y se suicida

En esta comunidad de 10.000 habitantes, un vecino se atrincheró con los dos niños de 10 y 13 años y, a pesar de que la policía y el padre de los menores estaban en la puerta, se negó a entregarlos. Dos meses atrás, esa misma familia había sufrido otra gran tragedia

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Huétor Tájar
Foto |cortesía

Sobre la población de Huétor Tájar, en Granada, España, cae hoy una pesada nube de tristeza. Muchos de los vecinos lloran y comentan incrédulos lo que ocurrió esta madrugada. Uno de los suyos, un hombre de 72 años respetado y conocido por la comunidad, se atrincheró en su casa con sus dos nietos, los mató y luego se suicidó.

El abuelo estaba pasando una tarde con sus nietos y cuando a la hora convenida, 8 pm, llegó el padre a buscar a sus hijos, se negó a entregarlos. Discutieron un largo rato, el padre desde la calle y el abuelo desde la casa, hasta que, a las 9.45 pm, llegó la policía. El hombre advirtió que tenía una escopeta. A medida que pasaba el tiempo lo asumieron como un caso de rehenes y llegaron equipos especializados en negociaciones. Permanecieron en contacto hasta las 5 am, cuando el abuelo manifestó que no podía seguir hablando con ellos porque, en un rato, debía alistar a los niños para ir al colegio.

Huétor Tájar
El inmueble en Huétor Tájar donde ocurrió la tragedia. Foto cortesía

Eso era una finta. Lo cierto es que se estaba preparando para terminar de la peor manera. Pero los policías decidieron esperar hasta la hora de ir al colegio. Como a las 8.25 am aún no habían salido, la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil irrumpió en la casa.

Era demasiado tarde. Encontraron tres cadáveres en tres habitaciones. Según informó el portal ideal.es, uno de los niños murió de un tiro de escopeta, otro aparentemente por asfixia (faltan los resultados de la autopsia) y el abuelo por suicidio, también de un disparo.

Los niños se llamaban Pablo y Guillermo. El alcalde ha dicho que tenían 10 y 13 años. El menor asistía aún al colegio San Isidro, de educación primaria, mientras que el mayor ya estaba cursando el primer año de secundaria. Antes del accidente, Pablo jugaba fútbol para el equipo local, Espárragos de Huétor Tájar.

Doble tragedia en una misma familia

Aunque aún no ha trascendido el nombre de homicida-suicida, ya se sabe mucho sobre él, pues incluso era amigo del alcalde. Lo más notorio, y que quizás fue el desencadenante de lo ocurrido de hoy, es la tragedia que sufrió esta familia hace dos meses: un aparatoso accidente en el que murieron su esposa y su hija, es decir, la madre y la abuela de los niños fallecidos. Y estaba manejando el abuelo, según el portal Losreplicantes.com.

Según admite el alcalde del pueblo, Fernando Delgado, claramente el hombre no había superado esta tragedia pero, asegura, «jamás se me hubiera ocurrido que podía hacer algo así». Una vecina llamada Encarni declaró a un canal de televisión que conocía a toda la familia desde hace mucho, y «todos eran gente buena».

Encarni también contó que, pocos días después del accidente, murió la abuela paterna, que estaba enferma y hospitalizada.

11 horas de pánico en Huétor Tájar

Antes de la tragedia vial, parecían una familia unida. Vivían en el mismo inmueble pero en apartamentos separados: los abuelos abajo y los niños y sus padres arriba. Después del accidente, los menores y su papá siguieron en la misma casa y, aunque uno de los pequeños aún tenía una pierna enyesada, intentaron volver a la rutina, incluyendo el colegio donde, además, trabaja el padre.

Según han filtrado conocidos de la familia al periódico Granada Digital, el padre de los niños y el actual parricida (triste vocablo que suele usarse para designar al progenitor que mata a sus hijos pero que, según la Real Academia de la Lengua, también es adecuado en este caso) habían discutido algunas veces después del accidente porque el abuelo seguía manejando a pesar de que le habían suspendido la licencia de conducir. Por otra parte, el hombre de 72 años se quejaba de que no veía suficiente a sus nietos.

Precisamente para calmar estas ansias, el padre de los niños los dejó pasar la tarde con su abuelo. Nunca pudo abrazarlos de nuevo.

El Ayuntamiento de Huétor Tájar decretó 3 días de duelo y suspendió las fiestas programadas en honor a su patrón, San Isidro Labrador.

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