Harvey Weinstein se convirtió en un “violador abusador” que humilló a sus víctimas, señaló la fiscal Joan Illuzzi-Orbon. Con un discurso irónico, lleno de enfado y cercano al jurado, Illuzzi-Oborn presentó este viernes su alegato final sobre el ex productor de cine.
Vistiendo una falda negra y una blusa blanca, deteniendo su discurso para beber pequeños sorbos de agua, Illuzi-Orbon describió a Weinstein como un depredador sexual. Lo tildó como un adicto al sexo, muy poderoso e influyente; también dijo que era “carente de empatía humana» y «extremadamente agresivo».
«Era el rey de su universo y las testigos eran únicamente hormigas que él podía pisar sin consecuencias», dijo Illuzi-Orbon en su intervención. Mientras, en la pantalla del juzgado aparecía una foto del acusado sobre una alfombra roja y con decenas de periodistas reclamando su atención.
La fiscal proyectó en un fondo negro, fotografías, fragmentos de testimonios, correos electrónicos y otras pruebas, presentadas en los 16 días de proceso. La defensa de Weinstein hizo lo propio ayer, sin embargo, utilizaron un fondo blanco.
«El acusado no tenía por qué haber engañado a las mujeres para llevarlas a su guarida. Hay trabajadoras profesionales del sexo que se pueden conseguir sin engañarlas, pero quizá su vicio era el miedo en sus miradas», dijo una enojada Illuzzi-Orbon, interrumpida por las protestas de la defensa de Weinstein.
La fiscal, que gesticuló, señaló con la mano, chascó los dedos y no dejó de moverse durante las tres horas que se prolongó su exposición de los hechos, recordó también que un testigo de la defensa, Paul Feldsher, amigo de Weinstein y en la década de 1990 también de la actriz Anabella Sciorra, -testigo en el caso- describió al productor como un adicto al sexo.
«Lo dijo su amigo (Feldsher), no un policía, no un abogado, es su amigo (…). Gracias, Paul Feldsher», comentó Illuzzi-Orbon al jurado y ante la mirada de Weinstein. En ocasiones, el ex productor negaba con la cabeza, otras veces trataba de llamar la atención del juez cuando sus abogados lanzaban una objeción.
Asimismo, señaló dos momentos del testimonio de Sciorra y de Jessica Mann. Ambas citaron la agresividad de Weinstein y cómo sus «ojos se pusieron negros» de furia.
Las testigos no mienten
«¿Por qué iba a mentir Annabella?», preguntó Illuzzi-Orbon al jurado, intentando responder a la defensa de Weinstein. La defensa puso en tela de juicio los testimonios de las seis mujeres que comparecieron contra el todopoderoso productor.
«¿Qué le llevó a Annabella a testificar ante ustedes, delante de ellos (el público y la prensa presente) y de todo el mundo que había sido violada?”, preguntó de nuevo la fiscal. Aseguró que, al testificar, Sciorra puso en peligro su carrera, porque nadie va a querer conectar esa imagen con ninguna película.
Frente a los abogados de Weinstein, que intentaron deslegitimar el testimonio de Sciorra y su cronología de los hechos, Illuzi-Orbon dedicó la primera hora de su discurso a dar su versión de los hechos. Justificó las lagunas temporales de la actriz con los testimonios de la psicóloga Barbara Ziv.
La representante de la Fiscalía recordó que, según la experta que testificó en el proceso, muchas víctimas no denuncian ni hablan de lo ocurrido porque no quieren que el hombre que las asaltó sexualmente les arruine su reputación, sus amistades o pongan en peligro su trabajo.
Lo importante es el delito, no las circunstancias
Illuzi-Oborn apuntó que lo importante son los delitos, no las fiestas, viajes y estrenos a los que acudieron las testigos, como recordó la defensa de Weinstein. El equipo de Weinstein intentó demostrar que las seis mujeres que se sentaron en el estrado mintieron y, además, se aprovecharon del magnate del celuloide para prosperar en su carrera.
«Incluso dentro de una pareja se puede dar una violación», dijo la jurista cuando hablaba de Jessica Mann, que acusa al productor, con quien mantuvo una relación íntima, de haberla violado en 2013.
El relato de Mann y de la ayudante de producción Miriam Haley son claves en el caso. Las cinco acusaciones de acoso sexual, dos de ellas por violación, se sustentan sobre estos testimonios
Los testimonios del resto de mujeres – Sciorra, Dawn Dunning, Tarale Wulff y Lauren Young- refuerzan la idea de que Weinstein tenía un comportamiento sexual depredador.
Durante su discurso, Illuzi-Orbon cargó contra el equipo de la defensa por recriminar a las testigos consultar con abogados. Según la defensa, ellas buscan dinero.
«¡¿Cómo se atreve (la defensa)?! -dijo gritando la fiscal- ¿Cómo se atreve, con cinco abogados todos los días sentados con él? ¿Se queja de que seis mujeres tengan un abogado?!”, pronunció la fiscal antes de preguntarle al jurado si ellos, en una situación similar a la de las supuestas víctimas, no hubieran consultado con un experto en leyes.
De nuevo, defendió todas sus historias, puestas en entredicho este jueves por Donna Rottuno, abogada de Weinstein. Rottuno intentó minar datos de los seis principales relatos que involucran a Weinstein en un alegato que se extendió cinco horas.
«No vinieron por dinero, vinieron a ser escuchadas», concluyó su intervención Illuzi-Orbon, antes de insistir en la culpabilidad de Weinstein.
La reacción de la defensa
Tras la conclusión del alegato de la fiscalía, Rotunno se mostró cómoda con cómo finalizaron los alegatos. Subrayó: «este es un caso que debería ser sobre evidencias y no sobre emociones ni sentimientos; ni tampoco un concurso de popularidad».
«En este caso todas las evidencias están de nuestro lado. Pueden ver que el alegato final de la Fiscalía hoy no se enfocó en ninguno de los asuntos que había», agregó a las puertas del tribunal.
En la próxima sesión, el martes 18 de febrero, el juez instruirá al jurado sobre cómo debe llevar a cabo la deliberación antes de que este se retire y vuelva con el veredicto final sobre el hombre cuyos supuestos crímenes espolearon el movimiento feminista MeToo.