Espectáculos

"Toco Gómez era demasiado bueno"

Amigos, familiares y gente del entorno personal y artístico, recuerdan al recién fallecido actor y humorista. Destacan de Eustoquio Gómez López su solidaridad y don de gente, pero sobre todo su gran profesionalismo

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Cortesía de Luis Guillermo Rangel.
"El buen humor es lo que me pase a mí, no lo que le pase a alguien que se caiga. No me gusta. Yo respeto a la gente. Entonces, me burlo de mí mismo. Ahí está el humor que tenemos que llevar por dentro. Burlarse de uno".
Toco Gómez

Jovial, solidario, afable, bromista, buen amigo y excelente esposo y padre. Esos son algunos de los adjetivos que salen a relucir cuando preguntamos a gente del entorno cercano de Toco Gómez sobre cuáles eran los rasgos distintivos del artista. Fallecido el miércoles 8 de mayo en Miami, producto de una metástasis del cáncer en el hígado que padecía desde hace cuatro años, el popular actor y humorista ha quedado para la posteridad como una de las figuras históricamente más relevantes de la televisión y el cine venezolano.

Nacido el 16 de julio de 1942 en Caracas, Eustoquio Gómez López tenía nexos familiares con el general Juan Vicente Gómez. Su abuelo, Eustoquio, era primo del Benemérito, así como Josué, su padre, ambos altos funcionarios del régimen. Este último y su esposa, María de Lourdes López Machado, salieron rumbo al exilio en Nueva York en 1935, a raíz de la muerte del dictador y solo pudieron regresar en 1942, poco antes del nacimiento de su primogénito.

Desde su adolescencia hasta el final de su vida, Toco cultivó una apreciable y numerosa legión de afectos. Así lo destaca el músico, productor y publicista Luis Guillermo Rangel, con quien lo unió una entrañable amistad desde la época en que ambos ni soñaban con incursionar en el mundo del espectáculo, que les daría fama y reconocimiento. Se conocerían gracias a las “caimaneras”, esas improvisadas partidas de béisbol callejero con pelota de goma, que se solían jugar, sin árbitros ni reglamentos, en torneos que surgían sobre la marcha con competidores espontáneos de diferentes barrios o zonas aledañas. 

En los tiempos de Radio Rochela con  Ricardo Pimentel, Rosario Prieto y Ariel Fedullo. Foto cortesía Luis Guillermo Rangel

En el umbral de la fama

«Somos amigos desde 1958. Yo vivía en Coche y Toco en Los Jardines del Valle, en el edificio Cerro Grande, para la época, antes de que la zona se poblara de superbloques sin orden ni concierto, una construcción muy bella y llamativa», recuerda Luis Guillermo Rangel. «Yo vivía en el bloque 8 de Coche y Cherry Navarro en el apartamento de al lado. En el sector Los Cedros, a una cuadra de mi casa, vivía José Luis Rodríguez. Todos éramos liceístas. Nos fuimos conociendo poco a poco en las caimaneras, donde se solidificó y acrecentó nuestra amistad».

«Cherry, José Luis y yo no habíamos entrado todavía a la música ni Toco a la actuación. Vine a conocer a Chelique Sarabia, de cuyo grupo formé parte por 26 años, en 1960. Ambos estudiábamos en la Escuela Técnica Industrial (ETI) y yo tenía 17 años. Los cantantes de su grupo eran Rosa Virginia Chacín y Enrique Rivas y su canción Ansiedad estaba pegada. Entré a su grupo de carambola, porque el cuatrista, que era Mario Maury, se retiró para dedicarse a sus estudios de derecho en la UCV. Hoy es abogado, amigo nuestro y compadre de Chelique», rememora Rangel.

En cuanto a Toco Gómez, por esa misma época estaba dedicado también a los estudios. Se inscribió en derecho en la Universidad Central de Venezuela, pero no continuó, lo que precipitaría, casi por casualidad, su incursión en el ámbito radial y televisivo. Así lo narró el propio actor y humorista en un video que nos hizo llegar Luis Guillermo Rangel para esta nota.

Con Guillermo González, una amistad cultivada desde los inicios artísticos de ambos. Foto cortesía Luis Guillermo Rangel

«Todo comenzó cuando yo tenía 16 años», revela Toco en la grabación. «Vivía en el edificio Cerro Grande, en los Jardines de El Valle, donde tenía de vecinos a grandes profesionales del ambiente de la radio y la televisión, entre ellos Raúl Amundaray, que ya era un gran actor de radio y protagonista de telenovelas; los locutores y hermanos Alfredo José y Rafael Enrique Mena, así como Amílcar Gómez, un gran comentarista y locutor radial, entre otros».

Continúa Toco: «Allí acostumbrábamos a reunirnos socialmente y en una de esas reuniones, Raúl Amundaray me dijo que yo tenía buena voz, aún siendo muy joven, y me preguntó si quería trabajar en radio. ¿Pero qué hago allí?, le dije. Y me contestó: ‘Vente conmigo’. Me fui con él para la emisora, que era Radio Tropical y quedaba de Jesuitas a Maturín. Me presentó a Arquímedes Rivero, el director de las radionovelas, y así me abrieron un camino para colocar mi voz en la actuación. Pero antes me pusieron a practicar con el Negro Ordóñez, que era un gran técnico de grabación de radionovelas. Allí empecé a practicar con la lectura de los libretos, hasta que por fin los interpretaba bien y empezaron a darme papeles en los dramáticos de la emisora».

«Raúl Amundaray me dijo que yo tenía buena voz, aún siendo muy joven, y me preguntó si quería trabajar en radio. ¿Pero qué hago allí?, le dije. Y me contestó: ‘Vente conmigo’. Me fui con él para la emisora, que era Radio Tropical y quedaba de Jesuitas a Maturín. Me presentó a Arquímedes Rivero, el director de las radionovelas, y así me abrieron un camino para colocar mi voz en la actuación

Toco Gómez

¿Y cómo llegas a la televisión?

-Pasé como dos años en eso, hasta que un día le dije a Raúl que me gustaría trabajar como actor en televisión, en las telenovelas y que si conocía a alguien que me pudiera ayudar en eso. “¡Claro que sí!”, me dijo, y me dio una tarjeta para que fuera hablar, en el Canal 5 de la Televisora Nacional, con el director de reparto de actores, que era Napoleón Deffit, quien casualmente era amigo mío, porque una vez habíamos trabajado en la Corporación Venezolana de Fomento, donde Napoleón era el director de fotografía. Al ver que me recomendaba Raúl Amundaray, me dijo: “Este señor es una estrella, ya tienes trabajo aquí”.  

-Pensé que me iba a poner a trabajar en las telenovelas, pero como me conocía como el echador de bromas que he sido siempre, me dijo que era ideal para los programas humorísticos, como el de Frijolito y Robustiana, con Carlos Fernández y AnaTeresa Guinand, que eran unas súper estrellas. Allí alterné con otros humoristas, como Roberto Hernández, Virgilio Galindo y Fina Rojas. Había un programa que tenía Joselo, que se lamaba Así es Joselo y Napoleón me puso a trabajar ahí también. 

-En eso andaba cuando me llamaron de Radio Rochela, en Radio Caracas Televisión e hice varios personajes con figuras como José Ignacio Cadavieco, Cayito Aponte, Pepeto y Fina Rojas -recuerda Toco en la entrevista del video-. En ese canal había otro programa humorístico, el de mayor sintonía de la época, que se llamaba Julián Pacheco, con Guillermo Rodríguez Blanco. Cuando decidieron meterme a actuar allí también, Rodríguez Blanco me advirtió que no podía trabajar en otro programa, a lo que yo le dije que entonces me tenía que pagar el triple y aceptó. Allí comencé mi carrera en firme.

Con Elluz Peraza protagonizó ‘Los tracaleros’, película de Alfredo Lugo. Grabando con la Rondalla Venezolana. Foto cortesía Luis Guillermo Rangel

Reencuentro de amigos vía música y TV

Fue precisamente al llegar a Radio Caracas Televisión, cuando Toco Gómez se reencontró con sus amigos de las caimaneras de Coche y los Jardines del Valle. Ahora sí, todos y cada uno de ellos emprendiendo sus incipientes carreras artísticas. Y hablamos de José Luis Rodríguez y Cherry Navarro como cantantes, Toco como prometedor actor y humorista y Luis Guillermo Rangel como cuatrista del grupo de Chelique Sarabia, quien además de compositor era productor general del canal y tenía a su cargo dos programas musicales: primero Una hora con Chelique y luego Club Musical, el más popular trampolín de talentos emergentes, plataforma de lanzamiento de otras figuras juveniles, además de las ya mencionadas, como María Teresa Chacín, Henry Stephen, Rudy Márquez, Ivo, Los Supersónicos y Los Impala, entre otros.

Al retomar el diálogo con El Estímulo, Luis Guillermo Rangel recuerda que aquellos fueron años muy productivos y nutritivos en lo profesional.

«Los fines de semana salíamos a hacer conciertos al interior del país y Toco siempre iba con nosotros, pues con Napoleón Deffitt, quien también había dejado la Televisora Nacional para irse al Canal 2, abría los espectáculos haciendo sketches humorísticos, en los que participaba también Cherry, además de cantar. Recorrimos casi toda Venezuela y así fuimos creciendo todos artísticamente«, dice Rangel.

«Los fines de semana salíamos a hacer conciertos al interior del país y Toco siempre iba con nosotros, pues con Napoleón Deffitt, quien también había dejado la Televisora Nacional para irse al Canal 2, abría los espectáculos haciendo sketches humorísticos»

Luis Guillermo Rangel, amigo del Toco Gómez
Jorge Chapellín, Rudy Márquez, Luis Guillermo Rangel, María Teresa Chacín y Chile Veloz con Toco. Foto cortesía Luis Guillermo Rangel

-¿Qué recuerdas de los primeros años de Toco en la televisión?

Tenía un carácter jovial, era muy simpático y bromista. En los pasillos de Radio Caracas Televisión siempre estaba echando vaina. Y siempre tenía una frase para alguien. Con Tomás Henríquez hizo una buena amistad y con los locutores Rafael Enrique y Alfredo José Mena también. Chelique lo utilizaba en ocasiones como presentador de los cantantes y grupos juveniles que pasaban por el programa Club musical, que se emitía diariamente por las tardes.

-Toco estaba tan integrado al grupo, que la primera versión de Mi propio yo la cantó Toco -revela Rangel-. Estábamos en una oficina de Radio Caracas y Chelique le pidió que la tarareara  y la cantara. Porque Toco cantaba delante de nosotros más por echar broma que por otra cosa. Pero esa primera vez era como una especie de prueba que no se grabó. Quien la grabó finalmente y después la estrenó y la convirtió en éxito fue Cherry.

-¿Por qué Toco, teniendo una buena voz, decidió ser actor más que dedicarse a la música?

Creo que le tenía un poco de reserva al canto, porque era muy admirador y fanático de Marco Antonio Muñiz y lo imitaba. Su voz tenía unos matices de Marco Antonio  y del mismo Chucho Avellanet. Cuando cantaba, algunos se lo hacían notar: “Oye, cantas como ellos” y a él lo cohibió eso. Decía que él no quería ser imitador. Con el tiempo, muchos años después, yo lo convenzo y lo incorporaba a los ensayos del grupo cuando íbamos a cantar en nuestras reuniones privadas aquí en mi casa. Empezamos a montar canciones y tenía muy buen gusto a la hora de elegirlas, a la vez que desarrollaba un color de voz bonito. Era muy afinado. Otra que pertenece al grupo musical de amigos es Pierina España. Ella canta muy bello, lo que pasa es que no quiere salir al aire por cuestiones sentimentales y personales.

-¿Cómo era la vida personal y artística de Toco?

-El ser un hombre amable, afable y siempre cordial le posibilitó tener cercanía con gente importante que le tenía mucha simpatía.. Era muy organizado, muy pendiente de sus hijos y de Australia Orozco de Gómez, su esposa de toda la vida. Celebramos el matrimonio de ambos en Chuao, en la casa de Julián Pacheco (así le decían al humorista Guillermo Rodríguez Blanco, por el personaje del mismo nombre que popularizó vía TV). Tuvieron tres hijos: dos hembras y un varón. El varón se llama Pedro y las hembras Indhira y María del Pino. Tuvo igualmente dos nietos: Pablo Josué y Manuel Andrés.

Cuando cumplió 80 años. Foto cortesía Luis Guillermo Rangel

Cuatro años enfermo

-¿Llevaba Toco tiempo enfermo?

-Desde que a mí  me operaron de cáncer de próstata hace 12 años, yo le había dicho que se hiciera un examen, porque a mí me lo detectaron de esa manera y por eso me lo intervinieron a tiempo. Toco era muy reservado con todo, sé que se hizo los exámenes y salió positivo, pero nunca me lo quiso decir. Me lo dijo después, en una reunión que tuvimos con mi médico urólogo aquí en casa. Se operó, salió de eso y pasó varios años tranquilo, sólo con esos problemas menores de salud que nos dan a todos.

Con esta enfermedad de ahora tenía ya como cuatro años. Se hizo todos sus tratamientos aquí hasta que hace tres años se fue a Miami, porque la hija mayor se fue para allá y lo convenció que se mudara con ella unos meses y resulta que se quedó tres años hasta su muerte, allá mismo, después de luchar contra el cáncer de colon, un leiomiosarcoma y un mieloma múltiple, que desembocaron en una metástasis en el hígado, tal y como lo dijo Indhiraal anunciar su muerte.

Vale destacar que el mes pasado sus familiares abrieron una campaña de recaudación para atender al actor, pues necesitaban fondos para costear el tratamiento.

Grabando con la Rondalla Venezolana . Foto cortesía Luis Guillermo Rangel

-¿Tenían ustedes comunicación frecuente?

-Hasta el último día. Hablamos telefónicamente la noche antes de morirse.

-¿Cómo lograron mantenerse en contacto todos estos años?

Toco vivía muy cerca, a dos cuadras de mi casa en San Román, y siempre estaba aquí. En nuestras acostumbradas y frecuentes reuniones de amigos, en donde nunca faltaba la música, era una presencia constante. Con Chelique, el Toco y Miguelángel Landa decidimos un día localizar e incorporar al grupo a gente amiga que teníamos tiempo sin ver. Y fue así como conseguimos a Henry Salvat, Edgar Alexander, Jorge Chapellín, Rudy Márquez, Rosa Virginia y María Teresa Chacín. y otros de diferentes épocas, como Mirla, Mayra Martí, el Pollo Sifontes, Floria Márquez, Pedrito López, Raquel Castaños, Pierina España, el Chile Veloz, Guillermito González y Mirna Ríos. Y a todo ese grupo lo bautizamos como la Junta Directiva de Amigos, que era la que motorizaba todas nuestras reuniones aquí.

-Hace poco produje un disco con la Rondalla Venezolana, que aún no está editado, y Toco grabó cuatro canciones. Creo que el momento es bueno para hacerlo y así rendirle tributo.

Toco y Luis Guillermo Rangel, amigos desde hace 70 años. Foto cortesía Luis Guillermo Rangel.

-¿De quiénes más pudieras decir que eran amigos entrañables de Toco?

Renny Ottolina lo adoraba y lo utilizaba frecuentemente en sus producciones. Lo llevaba a la grabación de sus programas especiales, dentro y fuera de Venezuela. Fue, entre otras, a la grabación de Churún Merú en el Salto Ángel y al que hicieron en París. Iba como invitado y en esos avatares aprendió producción. Guillermito González era un gran amigo suyo y también Alfredo José Mena y Henry Stephen. De Rudy Márquez ni te cuento, Toco lo adoraba y le decía “Cara de paella”. Es que Toco, para poner sobrenombres, era un artista (ríe).

-En aquellos inicios en Radio Caracas Televisión, formábamos un equipo bellísimo. Renny quería en general a todos esos jóvenes que, como yo, iniciábamos nuestras respectivas carreras de la mano de Chelique, como las hermanas Rosa Virginia y María Teresa Chacín, Henry Stephen, Los Impala, Ivo y Los Supersónicos, entre otros. Inclusive Cherry presentó su canción Aleluya en el Show de Renny cuando vino de Europa, en lo que fue su última presentación en TV antes de morir de aplasia medular.

-¿Qué te dejó para el recuerdo Toco?

-Que siempre tenía detrás de su sonrisa un chiste, una respuesta con una palabra jocosa para hacernos reír y sentir bien. Tenía la virtud de ser querido y respetado por ser un esposo, padre y abuelo ejemplar, así como un amigo fuera de serie. Dedicó toda su vida de casado a la armonía y el equilibrio amoroso en su hogar. Creo que ese es su gran legado, por el que nunca dejaremos de recordarlo.

Con El Puma y Chelique Sarabia, dos de sus amigos de siempre. Foto cortesía Luis Guillermo Rangel.

Testimonios de un legado

Una iniciativa reciente de Australia Orozco de Gómez, la esposa de Toco Gómez, fue recoger, entre varios comediantes y artistas venezolanos, sus impresiones sobre lo que el recientemente fallecido locutor y humorista representó para ellos. Estas fueron  algunas de las respuestas: 

Emilio Lovera: Todos los comediantes venezolanos tenemos todo de Toco. Ha influido en nuestras vidas humorísticas como nunca nadie. Recuerdo mucho su papel del preso en El Show de Joselo, una de las maravillosas cosas que hizo en televisión. Ese que tenía a unas mujeres en posters de revistas y periódicos guindadas en las paredes y les hablaba a todas y cada una de ellas como si fueran sus novias. ¡Ese es un actor cómico! El más completo probablemente que haya tenido Venezuela. Demasiado bueno era Toco.

Claudio Nazoa: Recuerdo cuando, siempre en compañía de  Guillermo “Fantástico” González, no se perdía un show que hacíamos Emilio, Laureano, Carlos Donoso y yo en Margarita. Él nos hacía reír a nosotros, en lugar de nosotros hacerlo reír a él.

Amílcar Rivero: Hablar de Toco Gómez es mencionar a un grande de la comicidad en Venezuela, un tipo que tuvo sus propios programas y un apreciable record de películas. Nada más con su cara y esa chispa tan suya te hacía reír.

Nené Quintana: Toco ha sido para nosotros los humoristas un referente sobre cómo se debe llevar el humor.

José Luis Rodríguez:  Hace más de 60 años que nos conocíamos y siempre que nos veíamos me contaba los mismos chistes. Y yo me reía igual, porque cada vez que los contaba los hacía nuevos.

Laureano Márquez: Un día estábamos en una fiesta y Toco me regaló un libro de su autoría, titulado La vida sexual del hombre después de los 50 años. A mí, que estaba en los cuarenta y pico, me pareció que era un libro sumamente interesante. Él me lo dio con tanta seriedad, que yo abrí el libro, que tenía como 500 páginas, y todas estaban en blanco. Ese era Toco Gómez.

Nelly Pujol: Es el papá de todos nosotros, porque uno lo veía desde que estaba chiquita. Me acuerdo cuando estaba en El Show de Renny y Renny decía: “Vamos con Toco”. Y Toco lo que hacía era mirar a cámara dos o tres segundos sin hablar. Y su cara era para morirse de la risa. Recuerdo que hizo un especial de Renny en París y en un sketch Renny le decía que fuera a comprar pan. Y Toco le contestaba: ¿Pero tiene que ser pan francés? Esas eran sus anécdotas. Siempre ha sido el gran humorista, el gran comediante.´

Orlando Urdaneta: Realmente para mí es gratísimo hablar de Toco Gómez. Siempre ha sido un personaje al lado de la risa, de la diversión, con unas salidas de las cuales yo conservo muchas que utilizo a diario. Por ejemplo, te veía comiéndote algo y tú le decías: “¿Quieres?” Y él contestaba: “No, yo no como eso; es que yo he visto cómo lo preparan”. Y así era el humor de Toco para todo

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