La Rinconada, arquitectura de hipo
El ojo queda imantado irremediablemente ante la belleza del trazo y de la composición alada y a la vez maciza del Hipódromo de La Rinconada. Su seductora estética modernista se yergue intacta desafiando horas aciagas y las tensiones inéditas de diseño. Aún hoy sigue produciendo asombro la audacia de techos volados que parece sostenerse solos, que flotan, y cuya pendiente se alza al cielo como las aletas de las gorras poderosas.Aún cuando salta a la vista la precariedad del mantenimiento, así como un rimero de problemas extras que son espejo de las circunstancias que vive la ciudad y el país, la obra concentra tenaz la magnificencia característica desde la fecha de su inauguración, el 5 de julio de 1959, ya estrenada la democracia. Quien quiera puede apostarlo