La palabra y el arte toman partido
A partir de un libro de Víctor Guédez, el verbo reconciliar fue mascullado por intelectuales y sabios. Y de allí se saltó a las letras como estética pero también como vehículo de ideas. En una sociedad polarizada y polarizante, con dirigencias al uso, el reencuentro se hace trabajoso, pero ¿posible?