Esta es la palabra del año en Estados Unidos
"Feminismo" fue el término elegido como la "Palabra del Año en 2017" en Estados Unidos por la editorial Merriam-Webster, especializada en diccionarios, según informaron hoy medios locales.
"Feminismo" fue el término elegido como la "Palabra del Año en 2017" en Estados Unidos por la editorial Merriam-Webster, especializada en diccionarios, según informaron hoy medios locales.
La revista Time nombró a Donald Trump el Hombre del Año. Se indigna la gente que no entiende el espíritu de la elección: no es un premio al mejor ser humano de 2016, no es el Nobel por una contribución a la humanidad. El Hombre del Año de Time representa las tendencias que definen, para bien y para mal, un período arbitrario de la historia. Trump, según la publicación, sirve de recordatorio de que “la demagogia se alimenta de la desesperación”.
No importó la edad, el género o el estrato social. Todos los venezolanos conocieron en carne propia lo que significa no tener suficiente para comer. En el año 2016, la población venezolana fue perdiendo esperanzas y, aún más, kilos. En este recuento, mostramos cómo en Clímax tomamos la difícil tarea de documentar el crujir de los estómagos de un país sumido en una crisis jamás vista
No importó la edad, el género o el estrato social. Todos los venezolanos conocieron en carne propia lo que significa no tener suficiente para comer. En el año 2016, la población venezolana fue perdiendo esperanzas y, aún más, kilos. En este recuento, mostramos cómo en Clímax tomamos la difícil tarea de documentar el crujir de los estómagos de un país sumido en una crisis jamás antes vista
Venezuela vive en 2016 una de las peores crisis en la historia del país. En miles de declaraciones, reacciones, publicaciones y en el boca a boca son cientos de palabras las que se han usado para describir lo que se siente, se espera u opina sobre la situación actual.
Hace 71 años se fundó en la Sierra de Perijá, estado Zulia, el Centro Misional Los Ángeles del Tukuko. Gracias a la tenacidad de los Franciscanos y de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, allí funciona una escuela y una casa hogar donde estudian y comen diariamente al menos 745 niños. A pesar del riesgo de vivir en frontera y de la carestía de los servicios, los religiosos afirman que no abandonarán a los indígenas. Ellos, a su vez, sortean las carencias y mantienen su orgullo ancestral
Yolibeth Sandoval es colombiana. Llegó a Venezuela buscando prosperidad y no la encontró. Vivió siete años en Caracas y decidió regresar a su país. No encuentra alternativa. De no ser por el programa Alimenta la Solidaridad sus tres hijos no tendrían ni una comida diaria
Si los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) funcionaran de la manera en que los criollos envían paquetes de comida y de productos de primera necesidad a sus familiares, los CLAP sería una solución efectiva a la escasez de medicinas y alimentos.
A Rebeca Marrero y a sus tres hijos apenas les alcanzaba para comer poco o nada. Viven en La Vega, en el barrio Los Encantos. Ahí su historia podría ser una más del montón: ella está desempleada y su esposo preso; pero Rebeca tuvo la suerte de salir del anonimato. Está inscrita en el programa Alimenta la Solidaridad, a cargo del movimiento Caracas Mi Convive. No es cosa pequeña, ahora ella y sus hijos garantizan, al menos, una comida al día
Los del hambre no son juegos. Un adulto que pasa meses viviendo de mangos o pasta en general va a sobrevivir, pero no será un ciudadano sano y productivo. En los menores, las consecuencias son irreversibles, pues afectan su capacidad para competir en el aula y tomar decisiones superiores. “Un niño retaco es apenas la expresión externa de un profundo deterioro que abarca el desarrollo cerebral”, advierten los especialistas Un papá que cena con un vaso de agua para que sus hijos no vayan con el estómago vacío al colegio no solo expresa amor en colores primarios, sino un acto instintivo de supervivencia de la especie humana. “Yo agarraría todo lo que se está gastando el gobierno en los CLAP y lo metería ya en maternidades y hospitales públicos. Lo poco que se tiene hay que focalizarlo en cuatro sectores críticos: 1) Niños en sus primeros 1.000 días, lo que incluye los 9 meses de gestación y los 2 primeros años; 2) Mujeres embarazadas; 3) Pacientes; y 4 Tercera edad y todas las personas que no pueden procurarse comida por sí mismas. Usando las palabras de Nicolás Maduro, se necesita una acupuntura de recursos. No es lo que se está haciendo con los CLAP: se te acaban las bolsas patriotas y no tienes idea de cuánta de la población crítica quedó por fuera del reparto”.
En la barriada considerada como un pilar del chavismo, diariamente crece el descontento popular.
La nutricionista Susana Raffalli hace un stop en la letanía de noticias desalentadoras sobre la desnutrición en Venezuela y presenta siete reflexiones para no olvidar la batalla civil que hay que dar a largo plazo: sustituir el modelo del “agarrando aunque sea fallo” por un sistema de seguridad alimentaria en el que el Estado deje de meterse en lo que no sabe hacer
Un estudio elaborado por la firma More Consulting asegura que casi la mitad de la población se alimenta mal. La otra se divide en dos bloques entre quienes comen tres veces diarias con proteínas y quienes comen una vez con la ausencia de ellas.
Muchos trabajadores van a la empresa para asegurarse una comida que muchas veces no consumen sino que la llevan a sus casas, por lo que algunas empresas reportan hasta 0,7% de ausentismo.
El gobierno los niega y, cuando los reconoce, afirma que son casos puntuales. Pero el hambre entre niños, adultos y ancianos wayúu está pegando con la misma rapidez que corren los vientos de la Guajira. Dos reporteros de El Estímulo constataron cómo la falta de alimentos está minando a la olvidada franja del extremo norte de Venezuela.