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#quimioterapia

Las lágrimas de James

Recientemente visité los Estados Unidos para ver a mi hija. Antes paré en West Palm Beach para visitar a mi tía y a mis primas. Una de ellas, Olga Consuelo Suárez de Soto, me regaló las quimioterapias que no usó su marido. “Alguien en Venezuela las necesitará”, me dijo. Y así fue. Al nomás llegar busqué en Twitter quién estaba requiriendo ese tipo de quimioterapia y fue cuando di con James.

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