La desesperación es un subproducto de la crisis. Esta se agrava cada minuto en las cosas más elementales para la vida cotidiana: la comida, los medicamentos, los precios de todo y el casi nulo valor del dinero, los servicios y como lo sentimos, tememos justificadamente que se agravará más y nos angustia. Pero atención, de la desesperación a la desesperanza hay un paso, es la frustración por decepción.
Se instala la Asamblea Nacional en un contexto venezolano de terrible crisis en todos los órdenes agravado por la incertidumbre político-constitucional. Deseo éxito a la nueva directiva del parlamento venezolano, órgano con la pesada responsabilidad de ser el único con legitimidad democrática en nuestro país.
“La raíz de la libertad se encuentra en la razón. No hay libertad sino en la verdad.” Dijo Santo Tomás de Aquino. En ese espíritu me incorporé a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales. En línea con su pensamiento, Maritain dirá que para la libertad responsable, la virtud compañera del saber es la prudencia.
Un operativo policial y de la Guardia Nacional impidió a los universitarios manifestar el 21 de noviembre, Día del Estudiante, pero los malandros hacen de las suyas con libertad contra la gente del barrio que va o viene de trabajar.
La más reciente noticia relacionada con Ramón Guillermo Aveledo (Barquisimeto, agosto de 1950) no es política.
Recuperar la senda del desarrollo para Venezuela es tarea crucial, titánica y multiforme del cambio político que tendremos que hacer.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela no ha sido derogada. Sigue siendo la norma suprema que juraron cumplir y hacer cumplir quienes nos gobiernan y quienes nos representan.
El pasado miércoles 31 se cumplieron sesenta años de la firma del Pacto de Puntofijo. La quinta del mismo nombre, donde los partidos Acción Democrática, Unión Republicana Democrática y Socialcristiano Copei lo suscribieron, estaba ubicada en Sabana Grande, a unos pasos de mi oficina actual. Me resulta irónico sentir hoy qué lejos estamos de aquella Venezuela esperanzada y de aquel liderazgo visionario y valiente.
La política existe para la procura del bien común. Esa es su razón de ser. Y éste exige el desarrollo, definido por el recién canonizado Pablo VI como “El nuevo nombre de la paz” en Populorum Progressio. Lebret, ideólogo fundamental en aquella encíclica lo resumía como proceso de un nivel de vida menos humano a uno más humano. Esto es, más libertad, bienestar material, mejor convivencia y mayor participación.
El país colapsa pero el poder no. El grupito que manda se muestra totalmente indiferente a una crisis que no sufre. Se aferra al poder del que abusa sistemáticamente. Nunca han dejado de hablar con los gobiernos extranjeros. Con ninguno, independientemente de lo que digan públicamente, y lo que comunican los voceros oficialistas es que ya no les preocupa la política y que su prioridad es la economía. Pero ni siquiera eso es verdad.
La mañana del miércoles 10, la atmósfera de la Capilla Universitaria de la UCV estaba cargada de emociones. Los padres y hermanas del concejal y dirigente muerto en primera fila, el templo lleno a reventar, los sacerdotes de la concelebración que incluía dos obispos y en nuncio Apostólico y presidía un Cardenal, la presencia numerosa del cuerpo diplomático.
La ilegitimidad de su Constituyente fraudulenta, desconocida por la mayoría de los venezolanos y por la mayoría democrática de la comunidad internacional, el grupito la está agravando con un supuesto proyecto constitucional fabricado a escondidas, al servicio de su insaciable apetito de poder y riqueza, con el que busca imponernos “legalmente” lo que llaman socialismo del siglo XXI que se resume en consumismo para ellos y comunismo para todos los demás.
Como en su vida personal y ciudadana, en el Parlamento Arístides Calvani fue ejemplar en la responsabilidad, la calidad de sus aportes y la seriedad de su compromiso.
Sobre la ola de rumores referentes al contenido de la nueva Constitución que debate la Asamblea Constituyente (ANC), el dirigente político y exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo recomendó a los dirigentes políticos no precipitarse y llamó a no hacer "swing antes de que la pelota pase"
En vísperas de la reconversión y nuevo cono monetario, todo es incredulidad y desconcierto. En el país se desbarata lo que parecía más sólido y se vuelve proeza hasta lo más cotidiano.
Interesante lo que ocurre en el planeta oficialista. Algunos habitantes de aquel lejano punto del cosmos parecen darse cuenta de lo que pasa en la Tierra y en este pedacito venezolano.
“No temas, yo estoy contigo”, de la mano de Isaías los Obispos católicos hablan al venezolano empobrecido, atribulado, desorientado y a los responsables de conducirlo.
Habrá quien celebre los problemas en la Unidad. No es mi caso. El único actor con verdaderas razones para alegrarse por algo así es su beneficiario: el gobierno.
Esperanza y una ruta para hacerla posible son nuestras primeras necesidades, podríamos actualizar así la frase del Libertador que aprendimos en la escuela.
Tal y como lo anunciaron, la Mesa de la Unidad Democrática inicia una supuesta "nueva etapa" en la que hablaran al país todos los miércoles comenzando este 6 de junio. El presidente de la Asamblea Nacional, Omar Barboza, fue el encargado de abordar los temas que han estado en la palestra pública los últimos días.