Familia

Juguetes con propósito, la misión de los buenos padres

Escoger un buen juguete siempre será un reto. Sin embargo, la lectura y el conocimiento claro de lo que se quiere puede ser clave en la misión que se tenga como padres o educadores

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Hay variadas herramientas y técnicas para el aprendizaje de los niños. Sin embargo, metodologías como la Montessori y la GBL (Game Based Learning) permiten que los niños desarrollen diferentes capacidades a través del juego lúdico y la exploración guiada como base educativa, según sea su edad cognitiva.

En Venezuela hay diferentes iniciativas que van desde estimular la educación a través del juego como lo hace WondyKids con sus juguetes hasta impulsar la creatividad y la capacidad de ver y crear algo bonito en cosas que pueden tener un segundo uso, y que además, en su intención, convergen las alianzas, la reutilización y preservación de recursos como lo hace el equipo de Leather Heart.

Wondykids: aprender jugando

Mariana Matos, de Wondykids, una especie de tienda virtual que se basa en la maravilla del mundo imaginativo de los niños, explica que este emprendimiento surgió como una reestructuración en tiempos de pandemia. Al ver que su hija ameritaba otro tipo de juguetes pusieron en marcha la investigación sobre los juguetes eran ideales para su fortalecimiento.

“Cuando comenzamos con la idea del Wondy mi hija tenía tres años. Siempre le regalaban muchos juguetes tradicionales y nosotros siempre buscábamos juguetes que fueran un poquito diferentes y que la ayudaran a desarrollar otras habilidades. Lo hacíamos porque ella sentía emoción los primeros tres días con el juguete nuevo, pero luego terminaba en una caja y ella aburrida», cuenta Mariana.

Observaron que con los juguetes que estimulaban el razonamiento lógico, que permitían el juego libre, sin estructuras, y que ella podía usar como quisiera en el momento que fuera, la pequeña mantenía mucho más interés.

«Nosotros entendemos que los niños, al jugar, liberan un montón de emociones positivas, se sienten felices y eso ayuda muchísimo más a aumentar conocimientos y habilidades adecuadas según su edad. Creemos que el juego es una herramienta súper poderosa para el aprendizaje de los niños”, asegura.

Sustituir a las pantallas

Para Mariana Matos, al igual que lo establecido en un sinfín de estudios, el tiempo que los niños dedican a las pantallas los aleja de la capacidad natural del juego y explica que ellos, como padres y emprendedores, con Wondykids buscan de alguna manera rescatar ese aumento de habilidades a través de lo lúdico de la mente del niño.

“No pretendemos especializarnos solo en el estilo Montessori. Básicamente lo que queremos es buscar juguetes que, sean o no Montessori, los niños puedan desarrollar habilidades y aprender. Debemos tratar de evitar pantallas y celulares porque ya los niños están muy expuestos a estos dispositivos. Creo que debemos tratar de controlar el tiempo que están ellos viendo una pantalla y buscar un juguete con el que ellos se diviertan, y los pueda mantener alejados de tantos dispositivos móviles”.

Entre las habilidades que los niños pueden desarrollar con estos juguetes destacan la imaginación y creatividad, así como el razonamiento lógico, abstracto, y la motricidad fina.

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Mariana Matos comparte con júbilo que Wondykids tiene dos juguetes estrellas: el juego magnético de formas, que es una especie de rompecabezas libre y, al mismo tiempo, dirigido a través de tarjetas; y las tarjetas de aprendizaje en español, que es la primera creación propia de Wondykids y para la cual contó con apoyo de mamás, maestras y psicopedagogos.

Leather Heart, de las mermas al corazón

En la educación de los niños hay un sinfín de recursos que posibilita la amplitud en su crecimiento. Sin embargo, lo emotivo y psicológico es el centro que les conduce a través de una formación armoniosa y equilibrada. Sin este equilibrio, las habilidades cognitivas no tendrán una atención adecuada.

Foto: Peluches de Leather Heart. Imagen de Alejandro Cremades

Existen figuras de apego o juguetes que representan, de alguna manera, algún soporte emocional, y que fungen como un objeto que les puede proporcionar seguridad, e incluso ilusiones. Y aunque para Leather Heart sus creaciones no buscan ser sustitutos de ningún afecto, son peluches que amigablemente buscan ser compañeros de juego para los niños, y cómplices en crecimiento.

Chel Oliveros, quien forma parte del equipo de Leather Heart, explica que esta iniciativa pretende llegar a comunidades vulnerables y nació como una rama social de otro emprendimiento que generaba mermas textiles.

“En función de no desperdiciar textiles, y que no vayan a parar en un vertedero, Mariángel Molina, con su creatividad, decidió que se podía hacer un peluche con esas mermas. Ella le pidió a una amiga que era diseñadora y trabajaba con nosotros en ese momento que elaborara un caballo de peluche con retazos de telas. Ese fue el comienzo», cuenta Chel.

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El destino de esos peluches

Pero no se trataba solamente hacer peluches sino darle una utilidad a esos peluches. Mariángel Molina y Andrés Solorzano, también fundador de Leather Heart, deciden que el propósito de estos peluches sería donarlos a comunidades venezolanas, entendiendo que el juego para los niños forma una parte bastante poderosa en su desarrollo y su crecimiento integral. «Ese era el destino de los peluches hechos a base de mermas textiles”, cuenta.

Este proyecto tiene unas ramificaciones maravillosas que, sin duda, no sólo buscan llegar al corazón de los pequeños de la casa sino también transformar una sociedad desde su estructura de equipo de trabajo, desde el fomento de una economía sostenible e innovadora, como lo señala Chel Oliveros, y de alianzas que van más allá de la comercialización de los peluches. Estas alianzas de Leather Heart se centran en Alimenta La Solidaridad: comedores infantiles comunitarios, E-VEN: Educación en comunidades remotas y Provita: proyectos de reforestación.

“Entendemos la educación como la herramienta fundamental hacia el cambio y una transformación hacia una mejor sociedad y un mejor mundo. Entonces hacia allá apuntamos con nuestras creaciones. Empezamos desde lo más pequeño, haciendo ver a las personas las cosas que ya existen de una segunda manera. Que así sea que ya haya cumplido su propósito original como puede ser un pantalón o una chaqueta, ese material puede convertirse en otra cosas que tiene un nuevo propósito. Por ejemplo en un peluche para un niño de una comunidad en situación de vulnerabilidad. Ese peluche será su compañero de aventuras, Va a aprender mucho y va a jugar con ese peluche”, sentencia Chel Oliveros.

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Refuerza que los personajes de Leather Heart no buscan ser sustitutos de nada: “El cariño y la amistad siempre van a estar en las personas que te rodean. Nuestros personajes buscan fomentar que esa semillita que ya está florezca mucho mejor. Realmente, las comunidades venezolanas, las comunidades en situación de vulnerabilidad, están expuestos a muchas situaciones en las que terminan siendo afectados los más pequeños porque son quienes están indefensos, quienes tienen menos herramientas y menos conciencia de lo que sucede a su alrededor».

Diseños con historias

Cada Leather Heart narra una historia muy especial y es hecho a mano con un equipo de costureros distribuidos entre Caracas, Guarenas y Los Valles del Tuy.

Chel cuenta con especial emoción que las piezas que identifican a Leather Heart tienen su propia historia.

“El diseño de cada Leather Heart tiene una historia en particular. Ela la yegua nace de la pasión de Mariangel por la equitación. Pepe el elefante es un homenaje al abuelo de Andrés. Pancho el oso fue una participación de la comunidad. En ese caso se hizo una encuesta sobre cuál debía ser el siguiente personaje y las personas opinaron y ganó el oso», cuenta Chel.

Posteriormente vino la tortuga Carey. «Para mí, en particular, es la más especial de todas, porque se hizo pensando en algo más allá de lo que nos gustaba. La tortuga Carey se conceptualizó como homenaje y llamado de conciencia hacia la conservación de la biodiversidad marina en las costas venezolanas. Las diseñamos sin tener un aliado comercial pero con la certeza de que íbamos a lograr algo muy bonito. Posteriormente hicimos la alianza con EROQ Project para llevar clases de inglés, a los niños de los Roques. Así se rompe la barrera comunicacional entre el local y el turista. Y además se promueve el turismo ecológico».

Pinchi el cactus es un personaje inanimado. «Es el cactus que no pincha ni necesita agua. Con cada Pinchi tenemos una alianza con Provita. Con cada uno que se venda se planta un árbol”, dice Chel.

Formar niños felices

La educación es muy amplia. Y también lo es el amor con el que se mira la inocencia de un niño. Y con esa posibilidad que tienen los adultos de rescatar y hacer florecer las potencialidades de cada uno.

Diferentes especialistas como psicólogos, educadores y psicopedagogos, además de lo que implica la paternidad en sí misma, explican que el objetivo principal de la crianza es formar niños felices y con un desarrollo eficiente de sus capacidades.

Esa frase estandarizada sobre la importancia de respetar el ritmo evolutivo de cada niño, es totalmente cierta. Y más aún lo es el poder que tiene el juego en la educación de personas que en un futuro cercano sean competentes y capaces de transformar realidades desde lo que reciben en sus primeros años de aprendizaje. Esa es la base. Es ahí donde subyace el futuro. En el amor, los valores, la cultura y el desarrollo de habilidades cognitivas.

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