Eriangelis Cumaná, la niña del JM que sonríe mientras batalla por vivir
Eriangelis tiene nueve años de edad y le diagnosticaron hidrocefalia congénita a los cuatro, por su padecimiento no habla ni se mueve demasiado, pero su sonrisa está llena de voluntad y vida. Es del oriente del país y ahora necesita ayuda para vivir sin dolor
En una cama clínica del JM de los Ríos está Eriangelis del Valle Cumaná Landaeta. Tiene nueve años de edad, pero su condición de salud la hace ver cómo una niña de cinco.
Con una mirada alegre, ve la cámara y se ríe. Con un tono amistoso, la saludo y le digo: «Te haré una fotografía». No puede hablar, pero su sonrisa, un poco más amplia, da la respuesta.
Eriangelis en su cama. Foto: Daniel Hernández.
Eriangelis tiene un diagnóstico múltiple, neumonía derecha, anemia leve, epilepsia focal estructural, retardo global del desarrollo, amaurosis bilateral, desnutrición leve, talla baja. Sin embargo, todas derivaron de una enfermedad principal que le diagnosticaron a los cuatro años: hidrocefalia congénita.
Su mamá se llama Mirna Landaeta y todos los días la atiende con paciencia. Cuenta que vienen del estado Anzoátegui y llegó al hospital de niños de Caracas después de múltiples recorridos por centros de salud en la región oriental.
En la capital, una agrupación llamada «Santi y sus amigos» les prestó ayuda hace nueve meses luego de conocer su caso. Mirna tiene 3 hijos más, todos menores de edad, y por el estado de Eriangelis no ha podido verlos.
La niña necesita atención diaria, pero no estar con el resto de sus niños también le duele mucho. Cuenta que desde que su hija empezó a padecer de hidrocefalia, el padre se alejó. Por eso, Mirna carga con la responsabilidad de Eriangelis y sus hermanos.
Eriangelis y su madre Mirna. Foto: Daniel Hernández.
A la fecha, Eriangelis se ha sometido a cuatro intervenciones quirúrgicas con el fin de cambiar sus válvulas de drenaje. No obstante, con el tiempo, las ha rechazado, lo que hace más complicada su situación.
Actualmente, Eriangelis necesita una válvula ventrículo-peritoneal nueva, la cual tiene un costo de 500 dólares. También le recetaron un medicamento llamado Fludrocortisona, un corticosteroide que se usa para ayudar a controlar la cantidad de sodio y líquidos en su cuerpo y es difícil de conseguir en Venezuela.
Eriangelis en su cama. Foto: Daniel Hernández.
En conjunto, los productos dan un total que se sale del reducido presupuesto de Mirna, quien debe costear numerosos exámenes en centros de salud privados y ha recibido colaboración de distintas fundaciones para que su hija pueda seguir viviendo medianamente estable.
¿Cómo ayudar?
Mirna, siendo madre soltera y cuidadora de tiempo completo, no tiene pena ni miedo de pedir ayuda una vez más: «No es fácil está situación, pero mi hija lo vale. He desatendido mis otros hijos y me gustaría tenerlos conmigo. Si el gobierno me ayudara a encontrar un espacio aquí en Caracas, para estar con el resto de mis hijos, quizás podría estar más tranquila. Ahora la prioridad es Eriangelis y debo estar aquí» .
Eriangelis y Mirna en la habitación. Foto: Daniel Hernández.
Si usted desea colaborar, los datos bancarios de la madre de Eriangelis son:
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