El nuevo mandatario, elegido por consenso tras el derrocamiento popular de Blaise Compaoré, prometió ejercer su cargo «sin abusos» y aseguró que «nada será como antes».
«Nuestro país no puede ser una república bananera», advirtió durante su discurso de investidura, en el que destacó la importancia de la Constitución y prometió velar por los intereses de los jóvenes que reclamaban un cambio en la dirección del Gobierno.
El teniente coronel Isaac Zida, que fue proclamado jefe de Estado tras la caída de Compaoré, remarcó por su parte que el Ejército «ha cumplido con su obligación» restableciendo el orden del país y facilitando el nombramiento de un dirigente civil.
Kafando, de 72 años, fue embajador del Alto Volta (antigua denominación del país) entre 1981 y 1982, y después volvería a serlo de Burkina Faso, de 1998 a 2011.
El Ejército burkinés firmó el pasado domingo la Carta de la Transición, consensuada con los partidos de la oposición, grupos civiles y líderes religiosos, que establece las bases para el nuevo Gobierno civil de transición.
«En la historia de Burkina Faso, hay un antes y un después del 30 de octubre del 2014», dijo tras firmar la Carta el teniente coronel Zida.
El intento de Compaoré de reformar el artículo 37 de la Constitución que le impedía presentarse por quinta vez a las presidenciales y concurrir de nuevo a los comicios de 2015 causó una ola inédita de manifestaciones ciudadanas que le obligaron a dimitir y abandonar el país el 1 de noviembre.