La tregua comenzó a las 00H01 locales (05H01 GMT), según anunciaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunista), y es la primera de carácter unilateral e indefinido desde el comienzo de las negociaciones de paz en Cuba en noviembre de 2012.
«Comienza un cese al fuego unilateral e indefinido por parte de las Farc, es un gesto positivo en la dirección correcta, yo espero que eso se complemente con otros gestos para ir desescalando este conflicto», dijo el jueves el presidente Juan Manuel Santos.
El mandatario colombiano deseó también que la tregua «contribuya a acelerar los resultados de las conversaciones en La Habana para llegar, ahí sí, a ese cese al fuego bilateral y definitivo que le ponga fin a esta guerra».
Las Farc habían pedido veeduría internacional para verificar el cese al fuego y aseguraron que éste culminará si sus unidades son atacadas por el Ejército, dos condiciones rechazadas por el presidente, quien desde el inicio de las negociaciones insiste en que el diálogo se dé mientras continúa el enfrentamiento armado.
En un comunicado publicado este sábado, la guerrilla recibió la reacción de Santos como una «manera de irse acercando al tema» del cese de hostilidades y al ratificar el comienzo de la tregua le pidió al presidente que «no se interponga al anhelo de un pueblo que quiere conocer a su país sin el estruendo de las bombas y las ametralladoras».
Pero en la víspera de la tregua, las Farc mataron a cinco militares en enfrentamientos con el Ejército en el departamento del Cauca (oeste), lo que despertó críticas e incredulidad en algunos sectores.
«Prometen cese al fuego, pero horas antes atentan contra Colombia, eso no es serio», dijo el ministerio de Defensa.
El analista político y profesor de la Universidad Externado Jairo Libreros dijo a la AFP que «las FARC siguen manejando una doctrina militar del siglo pasado con la que pretende, antes de una tregua o en momentos críticos del proceso de paz, elevar sus acciones militares».
«Importancia gigantesca»
Sin embargo, Liberos destacó que este primer cese al fuego indefinido decretado por las Farc cobra «una importancia gigantesca» en Colombia, sometida a un conflicto armado de más de medio siglo.
Las Farc habían decretado en los dos últimos años treguas navideñas en diciembre durante algunas semanas, pero la declaratoria de un cese al fuego indefinido tomó por sorpresa a los colombianos.
En la historia colombiana, la guerrilla M-19 ya decretó un cese indefinido anteriormente pero lo hizo «cuando ya se iba a firmar la paz» en 1990, recordó Libreros.
Siguiendo instrucciones del presidente, el comandante de las Fuerzas Militares, Juan Pablo Rodríguez, aseguró el jueves que en los próximos días la Policía y el Ejército seguirán cumpliendo con sus labores y no bajarán la guardia.
«Seguiremos cumpliendo nuestra misión constitucional de garantizar la seguridad a todos nuestros compatriotas», dijo Rodríguez.
La tregua de las FARC llega después de que el proceso de paz sufriera una crisis a mediados de noviembre y fuera temporalmente suspendido por la captura de un general del Ejército.
«Al final esa crisis contribuyó a reforzar el proceso de paz», afirmó bajo anonimato un alto responsable colombiano.
Aunque este cese al fuego se cumpla, no significa el fin de la violencia en Colombia.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda guerrilla del país después de las FARC, podría aprovechar para aumentar sus acciones violentas, sobre todo en vista de que esta semana ya secuestró a un alcalde en Chocó (oeste) y dio muerte a tres policías en un ataque en Norte de Santander (este).
El conflicto armado colombiano ha dejado al menos 220.000 muertos y más de 5,3 millones de desplazados por la violencia, según cifras oficiales.