«En un año, el mercado del cannabis pasó de un simple tema de conversación en reuniones a algo mucho más serio», resumió Troy Dayton, el jefe del ArcView Group que realizó el estudio.
Es sencillamente «la industria que más crece en América del Norte», agregó.
Las cifras de 2014: la venta de marihuana legal creció un 74% en un año para alcanzar los 2.700 millones de dólares, detalla ArcView en su tercer informe anual sobre esta nueva industria.
El año pasado, cerca de la mitad del mercado fue captado por California, donde por ahora sólo la venta de cannabis con fines médicos está autorizada.
Pero el mercado creció sobre todo por la legalización con fines recreativos en los estados del oeste de Estados Unidos. Desde el año pasado, Colorado y el estado de Washington tienen a la venta todo tipo de productos derivados de la marihuana, desde simples cigarrillos a bombones.
Este nuevo mercado captó más de un tercio (38%) de las ventas de hierba en el país, según ArcView, que no contabiliza el tráfico ilegal en Estados Unidos donde aún está prohibido a nivel federal.
– Desafíos legales –
«Recordaremos 2014 como el año de la cultura del cannabis legal (…) que captó la atención del público como ninguna otra industria», sostuvo el informe.
Según ArcView, el año 2015 debería seguir «la misma trayectoria» con las ventas legales que aumentarán probablemente un 30% a 3.500 millones, antes del año 2016 que se anuncia «aún más importante».
El año próximo, la ventas del sector deberían acercarse a los 4.500 millones de dólares en un contexto creciente de legalización de la marihuana en los países, según la proyección del instituto.
Según el informe, 14 Estados americanos deberían autorizar el consumo recreativo de la hierba de acá a 2020. Oregón y Alaska ya lo aprobaron mientras que la luz verde dada por los electores en la capital de Washington debe recibir aún la unción del Congreso estadounidense.
Esta evolución se debe a un cambio progresivo de mentalidad en Estados Unidos donde la sustancia resultante de plantas de cannabis perdió su carácter sulfuroso.
Señal de este cambio, un exsenador estadounidense, Mike Gravel, anunció recientemente que asumía la dirección de una empresa especializada en la comercialización de la marihuana para uso recreativo y medicinal.
«Estoy feliz de poder contribuir a introducir nuevos productos en un mercado más amplio, de manera seria y creíble», justificó en su momento.
En pleno desarrollo en Estados Unidos, la marca de bebidas alcohólicas de bajas calorías, Skinnygirl Cocktails, piensa lanzar su propia marihuana que no genere adicción en los fumadores.
No obstante, no todos los espectadores están a favor del sector, dijo ArcView en su informe.
La prohibición en vigor a nivel federal no frenó el interés de los inversores pero aún sigue siendo «el obstáculo más grande» para llegar a los establecimientos financieros clásicos que las empresas necesitan para desarollarse.
«Mi empresa factura varias decenas de millones de dólares por año pero no puedo obtener una línea de crédito de 10.000 dólares en un banco», lamenta Steve DeAngelo, dueño de una de las más grandes empresas de venta minorista de marihuana, Harborside Health Center, citada en el informe.
El sector está también frenado por ciertas legislaciones que exigen que la marihuana sea administrada por estructuras no lucrativas, agregó ArcView.
Los desafíos legales podrían, en fin, frenar su expansión. A mediados de diciembre, los estados de Oklahoma y Nebraska denunciaron ante la Corte Suprema a su vecina Colorado, acusándola de haber abierto un «fallo peligroso» en el control de las drogas.