Internacionales

Capturan segundo fugitivo de Nueva York y termina historia de película

David Sweat, el segundo de los asesinos fugados de una cárcel del norte del estado de Nueva York, fue capturado este domingo por la Policía tras más de tres semanas de intensa búsqueda cuando se encontraba a menos de 3 kilómetros de la frontera canadiense.

Publicidad

El fugitivo, de 35 años, fue avistado por un miembro de la Policía estatal a las 15.20 hora local (19.20 GMT), cuando transitaba un camino cerca de la localidad de Constable.

Según las autoridades, el policía, Jay Cook, reconoció a Sweat y le ordenó detenerse, pero este echó a correr y tras perseguirlo a pie durante unos metros y, viendo que se acercaba a una zona arbolada, le disparó en dos ocasiones, alcanzándolo en el torso, explicó en una conferencia de prensa el jefe de la policía estatal, Joseph D’Amico.

El detenido, que no iba armado, fue ingresado en un hospital local y, más tarde, trasladado a otro centro más avanzado en Albany, la capital del estado.

Sweat se encuentra en condición «estable», según informó el gobernador del estado, Andrew Cuomo.

La cadena CNN ha publicado una imagen del prófugo ensangrentado y siendo atendido por dos personas en el lugar en el que fue atrapado. En ella se ve que Sweat viste ropas de camuflaje, presumiblemente robadas de alguna cabaña de cazadores, pues la Policía encontró en los últimos días pruebas de los fugados en una.

En el momento de su captura, se encontraba a menos de tres kilómetros de la frontera canadiense, por lo que caminando a un ritmo normal podría haber abandonado Estados Unidos en cuestión de minutos.

Sweat fue atrapado a más de 60 kilómetros de la cárcel de Clinton, en Dannemora, de la que escapó junto a Richard Matt en la noche del 5 al 6 de junio, y a unos 25 kilómetros del lugar donde el viernes la Policía abatió a su compañero de fuga.

Según la autopsia dada a conocer hoy, Matt, que iba armado con un rifle, recibió tres tiros en la cabeza, disparados por un agente después de que se negara a rendirse.

En el momento de su fuga, Sweat cumplía cadena perpetua por el asesinato en 2002 de un alguacil, mientras que Matt tenía una condena de 25 años por matar y descuartizar a su jefe en 2007.

La captura de Sweat pone fin a tres semanas de búsqueda en los densos bosques del norte de Nueva York, una operación en la que hoy participaban hasta 1.300 agentes de distintos cuerpos policiales.

«Si alguien estuviera escribiendo la trama de una película, se diría que era exagerada», dijo hoy Cuomo en referencia a lo extraordinario del caso.

Entre otros detalles, la Policía desveló hoy que había encontrado pequeños recipientes de pimienta que, según creen, los fugitivos utilizaron para tapar su rastro de los perros utilizados por los agentes.

El gobernador recordó que la fuga fue la primera en los cien años de historia de la prisión de Dannemora y subrayó que para que ocurriera fue necesaria la colaboración de personal de la cárcel y toda una serie de casualidades, que permitieron a los presos perforar las paredes de sus celdas y transitar túneles y alcantarillado para salir al exterior.

La investigación de la trama ha ido desarrollándose en paralelo a la operación de caza de los dos asesinos y, por ahora, ha desembocado en la detención de dos funcionarios de la instalación.

En primer lugar, las autoridades arrestaron a la funcionaria de la prisión Joyce Mitchell, quien confesó que ofreció a los dos presos acceso a un teléfono celular y metió de contrabando las herramientas que utilizaron para escapar.

Mitchell también facilitó a los presos el acceso a brocas para llevar a cabo su huida e hizo gestiones para poner a su disposición un vehículo cuando los dos presos se fugaran de la cárcel, pero al parecer abandonó sus planes después de sufrir un «ataque de ansiedad».

Según informaciones posteriores, Mitchell habría tenido relaciones sexuales de manera regular con ambos prófugos, a los que daba clases de costura y a quienes dio trato de favor, consiguiendo que les trasladaran a celdas contiguas.

La funcionaria habría utilizado paquetes de hamburguesas congeladas para esconder las herramientas que daba a Matt y Sweat y habría utilizado dulces para sobornar a otros funcionarios para que hicieran excepciones con ellos.

Entre ellos estaba Gene Palmer, de 57 años, que fue detenido el miércoles por la noche y que, según el pliego de cargos en su contra, pasó a un preso, sin identificar, los paquetes de carne con las herramientas en cuatro ocasiones diferentes entre noviembre y junio a cambio de varios cuadros que le entregaron los dos reclusos.

Publicidad
Publicidad