«Quiero anunciarles que he firmado un decreto que fija la frontera rusa en la plataforma continental del mar de Ojotsk. Como resultado, nuestro territorio marino aumentó en más de 50.000 kilómetros cuadrados. Esto es magnífico», dijo el primer ministro, Dmitri Medvédev, a medios locales.
Medvédev hizo estas afirmaciones durante su visita a la isla de Iturup, la más grande en el archipiélago de las Kuriles, cadena insular que separa precisamente el mar de Ojotsk del resto del Pacífico.
«¿Qué significa esto?. Que podemos dedicarnos a gestionar nuestra plataforma marina, que acoge precisamente grandes fuentes de materias primas y recursos energéticos», destacó.
Según los expertos, el mar de Ojotsk, que limita al oeste con la península de Kamchatka, acoge varios miles de millones de toneladas en reservas de petróleo y gas.
Medvédev precisó que el documento de delimitación fronteriza fue consensuado con la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU y con los países vecinos, incluido Japón, que reclama la soberanía sobre las Kuriles.
En marzo de 2014 las Naciones Unidas reconocieron el mar de Ojotsk como parte de la plataforma continental rusa, con lo que este país recibió el derecho exclusivo de explotación de sus ingentes recursos.
Rusia quiere utilizar el caso del Ojotsk, que ahora se ha convertido en un mar interior ruso, como precedente en sus reclamaciones en el Ártico, que se han topado con la oposición del resto de potencias de la zona, como EEUU, Noruega y Canadá.
A principios de agosto Rusia presentó una reclamación territorial para ampliar su control sobre un espacio submarino ártico de 1,2 millones de kilómetros cuadrados de superficie, que se extiende más de 350 millas marinas desde la orilla.
Las autoridades rusas mantienen que el lecho marino del Ártico, en concreto la cordillera submarina de Lomonósov, es una continuación de la plataforma continental de este país.
La cordillera submarina Lomonósov se eleva 3.700 metros desde el fondo del océano Glacial Ártico y, según estimaciones de expertos estadounidenses, es posible que concentre la cuarta parte de las reservas mundiales de hidrocarburos.
La nueva doctrina militar rusa aprobada a finales del pasado año incluye entre sus prioridades la defensa de los intereses nacionales en el Ártico, donde el Kremlin ha ordenado la instalación de varias bases militares.