El grupo extremista Estado Islámico (EI) difundió hoy varias fotografías de la destrucción del histórico templo de Baal, situado en las ruinas arqueológicas de la ciudad siria de Palmira, y que ha quedado reducido a escombros.En las imágenes, cuya veracidad no ha podido ser comprobada, se ve el supuesto momento de la detonación del templo, de 2.000 años de antigüedad, y el estado en el que quedó tras ser dinamitado.
Palmira es considerada una reliquia única del siglo I a. C y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano, por las columnas de su famosa calle principal y el templo de Baal.
Una de las fotografías muestra el momento en el que una nube de humo se eleva desde el lugar del templo y en otra se puede ver la zona donde supuestamente se erigía llena de bloques de piedra.
La primera de las imágenes va acompañada del texto: «momento de la explosión del templo pagano de Baal», y la segunda por el escrito: «destrucción total del templo pagano».
También se puede ver en otras fotos cómo hay colocados numerosos bidones de explosivos de distintos tamaños en las columnas del templo y junto a los muros, antes de que fueran detonados.
Estas últimas imágenes van acompañadas de un breve texto en el que se indica que corresponden al momento en el que se están plantando explosivos en dicho monumento histórico, considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El director general de Antigüedades y Museos de Siria, Maamún Abdelkarim, confirmó ayer que el grupo terrorista había empleado «una gran cantidad de explosivos» para dinamitar el templo de Baal, pero no pudo precisar el alcance de la destrucción que, según las nuevas fotografías parece total.
La demolición del edificio se conoció cinco días después de que el EI ejecutara al antiguo responsable de la Dirección General de Antigüedades y Museos en Palmira, Jaled al Asaad, por considerarlo el «director de los ídolos» de esta localidad.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, consideró su destrucción, así como el asesinato de Al Asaad como «un crimen de guerra».
La Secretaría General condenó ayer en un comunicado «los continuos actos de terror y las graves violaciones del derecho internacional» cometidos por el grupo terrorista Estado Islámico, incluyendo la destrucción sistemática y el saqueo del patrimonio cultural del país».
Los extremistas se hicieron con el control de la localidad de Palmira y de sus ruinas grecorromanas, situadas en el este de la provincia de Homs, el pasado 20 mayo.
Un mes después, activistas advirtieron de que miembros del EI habían colocado explosivos en las ruinas, una información que, posteriormente, corroboró el régimen sirio.
Esta localidad es uno de los seis sitios sirios inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, junto a los cascos viejos de Alepo, Damasco y Bosra; el Crac de los Caballeros y las aldeas antiguas del norte del país.
Desde el pasado febrero, los radicales del EI han destruido en las zonas que dominan en Irak varios sitios arqueológicos, como las ruinas asirias de Nimrud, del siglo XIII a. C., y de Hatra, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
«Estas acciones bárbaras de terror se unen a una larga lista de crímenes cometidos en los últimos cuatro años en Siria contra la población civil y el patrimonio histórico», declaró ayer Ban, quien llamo a la comunidad internacional a unirse para frenar la actuación terrorista del EI.
El Estímulo
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