A pesar de estos incidentes y de muchos otros más, ¿Qué tan interdependientes (mutuamente dependientes) son ambos países? Por su puesto, que dar una respuesta exhaustiva a esta pregunta ocuparía mucho espacio, sin embargo, me permito presentar algunos elementos para tratar de responder a la pregunta. Unos de los autores que más han trabajado el concepto fueron los politólogos estadounidenses Robert Keohane y Joseph Nye, quienes acuñaron el término de “interdependencia compleja” distinguiendo las relaciones de dependencia, de las de interdependencia, y agregando que éstas últimas son muy complejas, porque no solo deben categorizarse en grandes temas económicos o militares, sino que deben analizarse bajo la realidad de las múltiples y complejas relaciones transnacionales que derivan en la apertura de muchos y diversos canales formales e informales que conectan a las sociedades (en este caso las de los dos países) en varios niveles (políticos, negocios, familiares, comunicacionales, deportivos, artísticos, hasta delincuenciales, etc.) todo debe ser objeto de análisis, porque todo influye en todo y a mayor interdependencia, mayor vulnerabilidad, si las relaciones son interrumpidas o desequilibradas.
Pero basta ya de teoría, y a los números nos vamos.
De acuerdo al Instituto de Políticas Migratorias, entre 1960-2013, se establecieron legalmente en Venezuela 819.000 colombianos, casi un 70% de los inmigrantes que ingresaron a Venezuela en ese periodo. Para el mismo lapso ingresaron a Colombia 45.000 venezolanos, casi un 35% del total de inmigrantes recibidos en Colombia.
En materia comercial después de tener un comercio muy activo entre ambos países, sobre todo en la etapa en que Venezuela era miembro de la Comunidad Andina y llegó a tener balanzas comerciales superavitarias en exportaciones no petroleras dirigidas a Colombia, la relación ha perdido intensidad en términos de volúmenes. Sin embargo para el año 2014, Colombia era el cuarto destino comercial de las exportaciones no petroleras venezolanas (9,3%), y también representó el cuarto lugar de origen de las importaciones totales del país (2,64%). En el caso de Colombia, después de ser Venezuela su segundo destino de exportaciones en el año 2008, para el 2015, pasó a ser el sexto, con una participación aproximada del 3% sobre el total de su comercio con el mundo.
En cuanto al turismo, de acuerdo con las cifras migratorias colombianas, publicadas por la unidad de datos de El Heraldo, Colombia, de enero a agosto del 2015 ingresaron 183.096 venezolanos a Colombia y 315.423 colombianos a Venezuela, cifras nada deleznables desde el punto de vista de servicios turísticos.
En cuanto a las inversiones Colombia ocupa el lugar número 12 como inversionista extranjero en Venezuela para un acumulado de casi $37 millones para el periodo (2004-2013). Para el periodo 1994-2014, el Banco de la República de Colombia totaliza casi $ 1.1 billones de inversiones venezolanas en Colombia.
Estas son apenas unas variables de las muchas mas que deben tomarse en cuenta. Para complicar las cosas aún más, los teóricos de las relaciones internacionales, como Kenneth Waltz agregaron dos términos más para analizar el contexto de interdependencia, la sensibilidad y la vulnerabilidad. Hay sensibilidad si habiendo ocurrido el factor perturbador se responde rápidamente sin cambiar la política. Hay vulnerabilidad si hay que cambiar la política, para que no se incrementen los costos asociados al factor (es) de perturbación de la relación ¿Quiénes ganan y quienes pierden, con este nuevo incidente?