El nivel de concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzó un nuevo récord en 2014, indicó este lunes en su informe anual la Organización Meteorológica Mundial, que llama a actuar con urgencia para frenar el cambio climático.
«Estamos entrando en territorio desconocido a una velocidad aterradora», dijo en un comunicado el director de la OMM, Michel Jarraud, al presentar el informe anual de esta agencia de la ONU sobre el calentamiento global.
El informe fue publicado a tres semanas del inicio de la conferencia del clima de París (COP21), donde se espera un acuerdo mundial contra el cambio climático que limite el calentamiento a dos grados centígrados respecto a la era preindustrial.
Desde el domingo y hasta el martes, unos 60 ministros están reunidos en la capital francesa precisamente para facilitar la conclusión de un acuerdo.
«Cada año damos cuenta de un nuevo récord en las concentraciones de gases de efecto invernadero», como el dióxido de carbono (CO2), el metano y el óxido de nitrógeno, lamentó Jarraud.
«Cada año decimos que ya no nos queda tiempo. Tenemos que actuar AHORA para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero si queremos tener la posibilidad de mantener el incremento de la temperatura a niveles manejables», añadió.
Los científicos han advertido que si continúa la tendencia actual, el aumento de la temperatura global podría ser de cuatro grados hacia el año 2100, con efectos devastadores para las zonas costeras, los ecosistemas y las economías de todo el mundo.
El informe, que no mide las emisiones de gases de efecto invernadero sino su concentración en la atmósfera, muestra que el CO2 aumentó hasta 397,7 partes por millón (ppm) en la atmósfera el año pasado.
La OMM advirtió que la concentración podría superar el umbral de las 400 ppm en 2016.
«El gas carbónico no puede verse, es una amenaza invisible, pero muy real», destacó Jarraud. «Eso implica temperaturas globales más altas, más fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, inundaciones, deshielo y la elevación del nivel de los océanos y de su acidificación», explicó.
El funcionario destacó que el CO2, principal causante del calentamiento global, puede permanecer en la atmósfera durante siglos y en los océanos todavía más tiempo.
«Las emisiones pasadas, presentes y futuras tendrán un impacto acumulativo tanto en el calentamiento global como en la acidificación de los océanos», dijo Jarraud, destacando que «las leyes de la física no son negociables».
El metano alcanzó también un nuevo récord de concentración en la atmósfera, hasta 1.833 ppm en 2014, según el informe.
El 60% de las emisiones de metano se deben a la actividad humana, en particular la ganadería y la explotación de combustibles fósiles, y la concentración en la atmósfera de este gas se ha incrementado un 254% respecto a los niveles preindustriales, indica la OMM.
El óxido de nitrógeno, cuyo impacto en el clima es 300 veces más importante que el del CO2 y que contribuye a la destrucción de la capa de ozono, registró una concentración en la atmósfera de 327,1 partes por mil millones el pasado año, un 121% más que en la era preindustrial.
Las emisiones de este gas se deben en un 40% al ser humano, principalmente a causa de los fertilizantes y de la actividad industrial.