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Toque de queda en Túnez se prolonga y genera más de 800 arrestos

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 Mas de 800 personas han sido detenidas en los últimos días en Túnez por vandalismo, pillaje y violación del toque de queda, cuya vigencia ha sido prolongada, informó hoy el ministerio de Interior.Un comunicado remitido a los medios precisó que 538 de los detenidos han pasado a disposición judicial, mientras que 300 se hallan en prisión preventiva, en su mayoría por haber violado el toque de queda.

Esta medida restrictiva seguirá en vigor durante un tiempo aún no definido, con los mismos horarios actuales, es decir entre las 20.00 horas local (19.00 GMT) y las 05.00 de la madrugada, explicó la nota.

«Las regiones tunecinas van recuperado la estabilidad y la seguridad», concluyó.

La violencia se desató la semana pasada después de que cientos de personas salieran a protestar contra el desempleo y la parálisis económica en las zonas rurales de la provincia suroccidental de Kasserine, empobrecida y afectada por la acción de los grupos yihadistas que se esconden junto a la frontera con Argelia.

Las manifestaciones, que comenzaron como un simple arrebato de indignación social, fueron rápidamente manipuladas por grupos de extrema derecha asociados al antiguo régimen y movimientos radicales salafistas para generar violencia.

La situación se hizo tan peligrosa el jueves que el primer ministro tunecino, Habib Essid, se vio obligado a abandonar la cumbre de Davos y regresar de inmediato al país.

Las protestas se producen en medio de la crisis que sacude al partido Nida Tunis, mayoritario en la coalición de gobierno, que se partió días atrás y perdió la mayoría que tenía en la Cámara en favor de sus socios, los islamistas moderados de An Nahda.

Días antes, Essid había ordenado una remodelación del gobierno en la que los islamistas ganaron peso.

Cinco años después de la revolución que derrocó la dictadura de Zine al Abidín ben Ali, la violencia yihadista, el paro, el alza de los precios, la frustración por la lentitud de las reformas y el retroceso de algunos derechos con la excusa de la Seguridad amenazan el progreso de la única Primavera árabe que no ha fracasado. 

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