Al menos 53 personas, entre ellas 35 presuntos yihadistas infiltrados desde Libia, murieron hoy en un ataque contra una comisaria y un cuartel en la ciudad tunecina de Ben Guerdan, próxima a la frontera, en el segundo incidente armado de esta naturaleza en los últimos cinco días.
La operación defensiva sigue aún en marcha, ya que unidades de la lucha antiterrorista buscan ahora casa por casa y barrio por barrio en Ben Guerdan y en las zonas aledañas a la frontera con Libia a presuntos yihadistas que se habrían mezclado con la población y huido hacia las áreas desérticas.
Fuentes de Seguridad explicaron a Efe que varios de ellos lograron hacerse con una ambulancia y huir hacia la vecina isla de Yerba, cuyos accesos han sido cerrados al igual que los que llevan a las regiones del desierto meridional.
Además, los ministerios de Interior y de Defensa han ampliado el despliegue en la zona con helicópteros, vehículos militares y tropas especiales de asalto, agentes de inteligencia y unidades de la lucha antiterrorista.
«La operación sigue en marcha. Se buscan cómplices y posibles participantes en el ataque», que ha causado hasta el momento 45 víctimas mortales, detalló la fuente, que prefirió no ser identificada.
Ante esta situación, el gobierno tunecino ha ordenado también el cierre absoluto de los pasos fronterizos de Ras Jedir y Dehiba, que conectan con Libia.
El ataque se produjo sobre las 4.00 hora local (3.00 GMT) y en el mismo han perecido 35 presuntos yihadistas, además de 18 personas entre guardias de fronteras, agentes de la Guardia Nacional, agentes privados, soldados y civiles, según un comunicado conjunto emitido por los ministerios de Interior y Defensa.
Según la nota, otros siete supuestos atacantes resultaron heridos y fueron capturados, y un segundo agente de aduanas, tres agentes privados, cuatro soldados, y un guardia nacional han resultado heridos y hospitalizados con pronóstico reservado.
«Los atacantes cruzaron la frontera en varios vehículos y usaron armas ligeras e incluso lanzagranadas clase RPG en el ataque», que se produjo en un área de Ben Guerdan en donde se concentran varios edificios relacionados con las fuerzas de Seguridad, agregaron las citadas fuentes.
Este es el segundo incidente armado de esta naturaleza que sucede en Ben Guerdan en los últimos cinco días, después de que el pasado miércoles otros cinco presuntos yihadistas cruzaran la frontera de la misma manera y se atrincheraran en un casa antes de ser abatidos por unidades especiales de la lucha antiterrorista.
Las fuerzas de Seguridad indicaron entonces que los presuntos terroristas estaban vinculados con la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico y que entraron en el país de forma irregular a través de la frontera a bordo de varios vehículos todoterreno.
Ben Guerdan, situada a unos 50 kilómetros al este de la frontera con Libia, está considerada la capital del tráfico ilegal en Túnez y la localidad de la que más fanáticos han partido para sumarse a la yihad mundial y a grupos armados en Irak desde la creación de la red terrorista internacional Al Qaida.
La Policía fronteriza tunecina estaba en estado de alerta máxima desde que hace dos semanas aviones de combate estadounidenses mataran a 50 personas -en su mayoría tunecinos- en un bombardeo contra supuestos objetivos de la rama libia del EI en la ciudad libia de Sabratah, a unos 100 kilómetros de la frontera con Túnez.
Según el Pentágono el fin último del ataque era matar a Nourdine Chouchane, un conocido cabecilla yihadista tunecino al que se acusa de instigar dos de los tres atentados que Túnez sufrió en 2015 y que luchó junto al Estado Islámico en Siria e Irak.
Poco después, tropas al mando del gobierno libio en Trípoli prosiguieron con la operación por tierra contra la citada célula en Sabratah, lo que había puesto en alerta a las fuerzas tunecinas, que temían que los yihadistas hostigados huyeran en dirección a su país.
El pasado lunes, fuerzas de Seguridad tunecinas ya habían matado a cuatro presuntos yihadistas en un tiroteo en una zona cercana a la frontera con Argelia.
El primer ministro tunecino, Habid Essid, afirmó el jueves que los yihadistas infiltrados desde Libia pertenecían a una célula que había entrado en el país con el objetivo de perpetrar atentados, pero no confirmó ni desmintió si una parte de ellos había logrado huir.