¿Qué sucede si un candidato a la presidencia de EEUU renuncia antes de la elección?
Tras el malestar sufrido el domingo por Hillary Clinton y el descubrimiento de que padece una neumonía, la pregunta vuelve con insistencia en el país.
Tras el malestar sufrido el domingo por Hillary Clinton y el descubrimiento de que padece una neumonía, la pregunta vuelve con insistencia en el país.
La candidata demócrata, de 68 años, descansaba el lunes en su casa de Chappaqua, al norte del estado de Nueva York, después de haber anulado los desplazamientos previstos para el lunes y martes en California.
«Sigue sintiéndose mejor, pero tiene la intención de quedarse hoy en su casa, respetando la recomendación de su médico de descansar», comentó un portavoz, Nick Merrill.
En caso de que un candidato se vea imposibilitado de continuar la carrera, la constitución estadounidense no tiene nada previsto. Hay que buscar, pues, en los reglamentos internos de los partidos para encontrar una respuesta.
Reglamento interno
En el Partido Demócrata, el artículo 2, sección 7 de sus estatutos prevé que «en caso de vacante en la fórmula presidencial, debe ser convocada una reunión especial a pedido del presidente» del partido. El escenario sería comparable entre los republicanos.
En esa reunión del comité nacional demócrata se deberá tomar una decisión por mayoría de los presentes.
Pero no existe ningún marco preciso para orientar la decisión. Los expertos manejan tres nombres, el candidato a la vicepresidencia, Tim Kaine, el demócrata que obtuvo más votos en las primarias después de Clinton, Bernie Sanders, y el actual vicepresidente, Joe Biden.
Territorio desconocido
De hecho, explica David Lublin, profesor en la American University de Washington, «podrían elegir a cualquiera» que satisfaga los criterios para convertirse en presidente. «Estamos en territorio desconocido», admite.
Pero según él, las opciones más lógica serían Tim Kaine, seguido de Bernie Sanders, y Joe Biden, muy popular en el partido.
Jeanne Zaino, experta del Iowa College en el estado de Nueva York, ubica en primer lugar a Bernie Sanders, a pesar de que es controvertido dentro del partido, y luego a Tim Kaine.
«Los partidos mantuvieron intencionalmente la vaguedad» sobre el procedimiento a seguir «para no atarse las manos» y correr el riesgo de tener un candidato que no les convenga, dijo Zaino.
Pero primero sería necesario que Hillary Clinton renuncie a su candidatura, y los expertos no creen en absoluto en esa eventualidad.
«Es difícil imaginar que lo haga voluntariamente», estima Lublin, quien destaca que por el momento su neumonía es fácilmente tratable. Y según él, el proceso de designación de un nuevo candidato es tan largo y fastidioso que el partido ciertamente no buscará forzar las cosas.
«Esta fue una temporada electoral tan loca que no me sorprendería que pueda pasar cualquier cosa, pero no eso», afirma Jeanne Zaino. «A menos que su salud esté mucho peor de lo que se nos ha hecho creer».
Eso es precisamente lo que quieren creer los inclinados por las teorías conspirativas de todos los pelajes: tras el malestar de Hillary Clinton el domingo durante la conmemoración de los atentados del 11 de Septiembre en Nueva York, y el anuncio de que hacía dos días padecía una neumonía, difundieron sus teorías sin prueba alguna en Twitter, haciendo referencia a la demencia, el Alzheimer, el Parkinson, etc.
En la historia reciente de Estados Unidos se registró un solo caso de abandono durante una campaña presidencial: el senador Thomas Eagleton (1929-2007), candidato a la vicepresidencia por un breve período con George McGovern en 1972. Arrojó la toalla después de que se revelara que sufría una depresión.