«Si no comenzamos a adoptar medidas adicionales a partir de ahora, a partir de la conferencia de Marrakech, terminaremos llorando ante una tragedia humana evitable», declaró Erik Solheim, director del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), que publicó su informe anual sobre la acción climática global.
En ese nuevo balance, el UNEP se alarma ante el alza ininterrumpida de emisiones de gases de efecto invernadero.
A pesar de los compromisos voluntarios adoptados en París, el mundo se dirige, de aquí a 2100, hacia temperaturas de +2,9 a +3,4°C con relación al nivel de la era preindustrial, sinónimo de devastadoras consecuencias, advierte el informe.
Para limitar el alza a +2°C, sería necesario emitir en la atmósfera no más de 42 gigatoneladas de equivalente de CO2 en 2030 (contra 52,7 en 2014). Si todos los países cumplen sus promesas asumidas en las negociaciones climáticas, se emitirían entre 54 y 56 Gt en 2030, es decir 12 y 14 Gt por encima de lo deseable, según UNEP.
La ONU saluda la disminución observada en el crecimiento de los GEI resultantes de energías fósiles y de la industria, pero señala que es demasiado temprano para saber si se confirma la tendencia.
Con el acuerdo de París «avanzamos en la buena dirección. Pero todavía no es suficiente si es que queremos tener la posibilidad de evitar una desregulación del clima», destaca Solheim, advirtiendo acerca de la amenaza de «una tragedia humana».
«El creciente número de refugiados climáticos golpeados por la hambruna, la pobreza, la enfermedad y los conflictos nos recordará nuestro fracaso de manera incesante. La ciencia mostró que debemos actuar mucho más rápido», agrega.
El informe invita a redoblar esfuerzos inmediatamente, sin esperar a 2020, año en que se comenzarán a aplicar los compromisos asumidos por los Estados.
Para acelerar el movimiento, el UNEP insiste en el papel de las ciudades, las empresas, los ciudadanos, la agricultura y los transportes o las medidas de la eficacia energética.
La comunidad internacional se comprometió a luchar contra el cambio climático a través del acuerdo de París adoptado en 2015. La 22ª conferencia climática anual que se abre este lunes en Marrakech debe comenzar a fijar las numerosas disposiciones destinadas a implementar y reforzar el pacto mundial.