Cuba considera apresurada la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de retirar al menos 21 de sus funcionarios diplomáticos ubicados en La Habana a raíz de los supuestos ataques acústicos sufridos por el personal estadounidense en la isla.
La resolución norteamericana, la cual confiere la limitación de emisiones de visados, afectará la relación bilateral que hasta ahora habían mantenido ambos países, así lo expresó la canciller cubana, Josefina Vidal. Sin embargo, reiteró la voluntad de su Gobierno para continuar con la cooperación activa entre su país y EE.UU.
«Para el esclarecimiento total de los hechos será esencial tener, y contar con la participación efectiva de las autoridades estadounidenses», señaló Vidal como primera reacción del Gobierno cubano a la decisión del Departamento de Estado anunciada hoy.
De acuerdo con lo expuesto por Vidal, los anuncios de EE.UU perjudicarían puntualmente la cooperación con respecto a temas de interés mutuo, y asimismo, los intercambios de múltiples naturaleza que tienen que se llevan a cabo entre ambas naciones.
No obstante, recalcó que el canciller cubano, Bruno Rodríguez y el secretario de Estado por parte del Gobierno de EE.UU, Rex Tillerson, se reunieron este martes en la ciudad de Washington para discutir la problemática que confiere los denominados «ataques acústicos», puesto que han afectado la salud de al menos 21 diplomáticos estadounidenses que se encontraban prestando servicios en la isla.
«Nuestro ministro le advirtió sobre no tomar decisiones apresuradas que no se sustentaran en evidencia», acotó Vidal sobre esa reunión.
Durante el encuentro, Cuba pidió a Estados Unidos no politizar el asunto, y solicitó la colaboración activa por parte de ellos para lograr el esclarecimiento pleno de esos incidentes.
«El Gobierno cubano no tiene responsabilidad alguna con los hechos que se alegan. Nosotros cumplimos de forma rigurosa las obligaciones con la Convención de Viena en lo que respecta a la protección de diplomáticos», reafirmó Vidal.
Por los momentos, EE.UU no acusa directamente al Gobierno cubano de los daños a la salud de su personal en La Habana.
Lo que hasta hoy se definía como «incidentes», pasó a identificarse como «ataques específicos». Washington no descarta la posibilidad de que un tercer país sea el responsable.
El Departamento de Estado también ha aconsejado a los estadounidenses que eviten viajar a Cuba, pues se cree que algunos de esos ataques se llevaron a cabo en hoteles en la isla.
Ataques deben elevarse a la ONU
Ramón Saúl Sánchez, dirigente del exilio cubano en Miami, expresó que las sanciones para con el Gobierno de Cuba deben llevarse a las inmediaciones de la Organización de las Naciones Unidas. A su juicio, ese sería el verdadero castigo.
Denunció que las medidas anunciadas por los Estados Unidos son insuficientes, y además pidió el cierre de la embajada en La Habana. «Esto va más allá de los Estados Unidos, es una conducta inaceptable de quien sea», dijo.
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