De visita en Cincinnati, el mandatario evocó su primera presentación anual ante el Congreso la semana pasada para cuestionar el comportamiento de sus adversarios demócratas.
«Dije que la tasa de desempleo de los negros estaba en su nivel histórico más bajo (…) Silencio total, ni una sonrisa», contó.
«Llegó a tal punto que ni siquiera quería mirar en esa dirección porque, sinceramente, había mala energía», continuó.
El mandatario dijo que «preferirían» que a él le fuera mal y eso es «muy egoísta».
«Antiestadounidenses. Alguien habló de traición, ¿por qué no? Podemos llamarlo traición, ¿por qué no?», agregó. «Ciertamente no parecían amar mucho a nuestro país», dijo, denunciando lo que consideró una situación «muy, muy triste».
Trump se jactó falsamente de que su discurso, por el que dijo haber recibido muchos cumplidos y comentarios positivos, fue visto por «45,6 millones de personas». «La cifra más elevada de la historia», dijo.
Pero según mediciones de Nielsen, tres de los predecesores de Trump superaron ese nivel de audiencia en su primer discurso sobre el estado de la Unión.
Trump sí vio sin embargo un leve repunte de su popularidad en las encuestas: su calificación de aprobación de Gallup subió dos puntos a 40%, su nivel más alto en meses.