Dos de estos jóvenes venezolanos, Rafael Utrera, de 25 años de edad, y Joseph Aponte, de 32, no se escaparon de la ronda de entrevistas a criollos participando de la organización y logística de la cita internacional.
Rafael es Relacionista Público que arribó a Argentina el noviembre de 2016. Salía por primera vez de Venezuela y remarcó: “En Argentina no me han cerrado ninguna puerta”.
En la actualidad estudia Organización de Eventos y Relaciones Públicas en la Universidad de Palermo y llegó a conformar el equipo de acreditaciones del G20, luego de ser contratado para los Juegos Olímpicos Juveniles que se llevaron a cabo en Buenos Aires en octubre pasado. Con una licenciatura en idiomas en la UCV, Rafael habla inglés y francés, lo que le ha ayudado a manejarse como pez en aguas foráneas.
“Quiero graduarme y seguir creciendo dentro de una empresa… No me veo viviendo acá por siempre. Me gustaría irme a Europa… A Venezuela me gustaría regresar cuando te pueda ofrecer estabilidad, proyección y futuro”, dijo.
Para Rafael la mayor lección de vida es tener paciencia y convicción.
“Las cosas llegan”, asegura.
En el caso de Joseph, Argentina representó un destino seguro y fácil para inmigrantes. Llegó con sus estudios de publicidad concluidos y estudió 2 años organización de eventos en la Universidad de Palermo. “Argentina se diferencia de Venezuela porque valoran la experiencia laboral”.
Le gusta la experiencia de inmigrar y planea irse a Japón en 2020 a trabajar para los Juegos Olímpicos después de participar en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 en Argentina.
Le gusta la calidad de vida de Buenos Aires. “Sentirse seguro; elegir que quiero comer; elegir que quiero comprar; y poder caminar a las 3 de la madrugada sin que te pase nada”.
Le recomienda al potencial migrante no dudar de sus habilidades. “Al inicio hay que hacer cosas que no te gustan pero después viene la recompensa”.