El Partido Laborista planea apoyar una enmienda al pacto sellado por Londres y Bruselas el pasado noviembre que condicionaría su aprobación a que fuera sometido a un segundo referéndum.
Una estrategia un tanto rocambolesca que, para que saliera adelante, debería contar con el respaldo de la bancada «tory».
Los conservadores tendrían que votar a favor de la enmienda para que después los laboristas de Jeremy Corbyn se abstuvieran en la votación al tratado y que este fuera entonces sometido a la opinión pública.
Una táctica, propuesta por los diputados Peter Kyle y Phil Wilson, que aunque aún no cuenta con el apoyo oficial del aparato del partido, sí tendría el respaldo de varios diputados laboristas y conservadores, según informó hoy el diario «The Guardian».
Por su parte, la condición que ha impuesto para apoyar el acuerdo de May el exministro del «brexit», Dominic Raab, ha sido que este cuente con cambios «sustanciales y jurídicamente vinculantes».
Entre ellos, y como le exigen el resto de integrantes del ala más euroescéptica de su partido, cambios en la salvaguarda irlandesa, ideada para evitar el restablecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas.
Este mecanismo prevé que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único hasta que ambas partes establezcan una nueva relación comercial, a fin de mantener abierta la frontera con Irlanda, clave para sus economías y el proceso de paz.
Fue precisamente esta cuestión una de las que hizo a Raab presentar su dimisión como titular del «brexit» el pasado 15 de noviembre, al día siguiente del anuncio del pacto preliminar al que llegaron la Unión Europea (UE) y el Reino Unido.
«Si apoyamos este acuerdo como está, sin ningún cambio, el problema se volverá peor e iremos a la siguiente votación, potencialmente atrapados en la salvaguarda, suplicándole a la UE que nos deje salir y sin haber cumplido las promesas hechas a los votantes», auguró hoy el político conservador en un entrevista con la cadena BBC.
Raab expresó asimismo su apoyo al secretario de Estado de Agricultura británico, George Eustice, quien presentó este jueves su dimisión en protesta por la decisión de May de permitir al Parlamento votar sobre un posible retraso del «brexit».
May anunció esta semana que si su acuerdo no sale finalmente adelante en la Cámara de los Comunes, los diputados podrán votar sobre si quieren una salida abrupta del bloque comunitario y, si descartan también ese escenario, podrán pronunciarse sobre una prórroga.
Para que la prórroga pueda hacerse efectiva es necesario pedir a la UE una ampliación del vigor del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece el periodo de negociación sobre la salida de un país comunitario.
La totalidad de los países del bloque deben dar su consentimiento a esa extensión y, de lo contrario, el Reino Unido se vería abocado a salir de forma no negociada de la UE el próximo 29 de marzo.
May continúa determinada en tratar de convencer a las autoridades europeas de introducir los cambios que requiere el acuerdo para salvar el trámite parlamentario, aunque estas, por el momento, se niegan.
Mientras tanto, su gobierno llegó hoy a un acuerdo extrajudicial con la empresa francesa Eurotunnel por el que pagará 33 millones de libras (38 millones de euros) a cambio de que retire la demanda que le interpuso por la adjudicación «opaca» de contratos de transporte relativos al «brexit».
En el comunicado, el Ejecutivo de May precisó que, como parte del acuerdo extrajudicial, Eurotunnel se compromete a hacer mejoras en sus terminales «que asegurarán que el túnel del Canal (de la Mancha) puede continuar» sus servicios tras el «brexit».
El titular de Transporte, Chris Grayling, afirmó en la nota que el pacto con Eurotunnel ayudará a asegurar que la sanidad pública británica «tiene medicinas esenciales en caso de un ‘brexit’ sin acuerdo»