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Mar y fuego: los fantasmas de Evo Morales en elecciones bolivianas

Un descomunal incendio forestal, que sigue incontrolable a días de las elecciones del 20 de octubre en Bolivia, amenaza con pasarle factura al presidente Evo Morales, que busca un cuarto mandato consecutivo con el estigma de ser responsable del desastre ecológico.

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En la recta final de la campaña presidencial, es quizás el golpe de imagen más duro para el mandatario de 59 años, después de su derrota en La Haya en su reclamo ante Chile por un acceso soberano al mar, hace exactamente un año.

El propio mandatario se encargó estos días de abrir la llaga al abordar ambos temas ante la asamblea de la ONU.

El fallo de La Haya «no ha terminado la controversia (por el mar)», sostuvo, en relación al dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que dijo que Chile no tenía obligación de negociar un acceso a la costa para Bolivia.

Además, en el mismo foro, el gobernante aseguró: «Estamos ganando la batalla al fuego, nuestra respuesta ha sido rápida y efectiva», pese a que las llamas han devorado ya 5,3 millones de hectáreas de bosque y pastizales.

Las oenegés ambientalistas, sobre todo, responsabilizan a Morales por el fuego, pues autorizó por decreto la quema para el desmonte.

– La iglesia habla –

«Hablar del mar en estos momentos, del diálogo con Chile y de que hemos vencido los incendios, creo que es desviar un poco la atención sobre el tema principal que tiene Bolivia que son las elecciones», criticó el arzobispo de Sucre, monseñor Jesús Juárez.

«Vemos claramente que hace falta autocrítica, porque todos sabemos que el incendio sigue. Las medidas que se han tomado en primer lugar fueron tardías», disparó de su lado el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Ricardo Centellas.

– ¿Convidados de piedra? –

Una parte de la opinión pública se pregunta si los temas del mar y de los incendios pesan en la definición del voto.

El analista Iván Arias considera que «lo que no termina de medirse hasta ahora es el efecto incendios».

Pero un exasesor de imagen de Morales, Wálter Chávez, cree que «la gente no vota por el incendio, no influye en el tema de esta elección». Además argumenta: «¿Por qué no influyó el mar en la candidatura de Evo?, porque los bolivianos queremos un tipo que luche».

Quizás tenga razón, pues un sondeo de medios estableció el domingo que el impacto negativo para Morales es mínimo, aunque un 56% le endilga cierta responsabilidad por no haber actuado pronto.

– Crucial primera vuelta –

Hasta ahora Morales encabeza todas las encuestas. «La apuesta del gobierno es ganar en primera vuelta, porque sabe que en segunda vuelta es revuelta, es decir, que en segunda vuelta pierde», apunta Arias.

El objetivo de su principal rival, el expresidente Carlos Mesa es, obviamente, forzar el balotaje, previsto para el 15 de diciembre. En esa instancia, la oposición, actualmente fragmentada en ocho candidaturas, podría respaldar a Mesa, según algunos analistas.

El sondeo del conglomerado mediático El Deber, Los Tiempos y Página Siete da a Morales una ventaja de 7 puntos sobre Mesa y presagia una segunda vuelta. Sin embargo, un 15% de indecisos podría inclinar la balanza hacia uno u otro lado.

El vicepresidente Álvaro García opina sin embargo que para el oficialismo «no está en juego la segunda vuelta, sino está en juego si tenemos dos tercios» en el Congreso, lo que le ha dado en las dos últimas gestiones el manejo pleno del poder político.

La nueva Constitución (en vigencia desde 2009) establece que un candidato puede ganar la presidencia en primera vuelta si obtiene 50% más uno de los votos válidos o logra el 40% con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo. Hasta ahora, Morales alcanzó arrolladores triunfos en primera ronda.

– Otros escenarios –

Si Morales no logra ganar en la primera vuelta, los otros escenarios pueden ser catastróficos.

«O gana en primera vuelta o, de repente, puede ocurrir un pateo de tablero», advierte Arias.

Frente a un resultado adverso «el gobierno tiene abiertos todos los escenarios: desde hacer renunciar al tribunal electoral (hasta llamar a) la Asamblea Constituyente que redibuje nuevamente el país».

El politólogo Carlos Cordero considera que también «surge el fantasma de una Asamblea Constituyente (para) imitar el camino de Venezuela», si la victoria de Morales es débil en la votación de octubre.

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