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Declaran culpable a Boris Becker de 4 delitos por falsa bancarrota

El famoso extenista alemán fue hallado culpable de 4 de los 24 delitos que se le imputaban por haber ocultado sus trofeos, varias propiedades y unos 1,8 millones de libras (2,3 millones de dólares) cuando en 2017 se declaró en quiebra, intentado evadir el pago de deudas por 50 millones de libras

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Becker
Steven GRIFFITHS / AFP

El extenista alemán Boris Becker, cuyo juicio en Londres comenzó el 21 de marzo, fue declarado culpable de 4 de los 24 cargos que se le imputaban por presuntamente ocultar bienes cuando se declaró en bancarrota.

El ganador de seis torneos de Grand Slam fue juzgado por hechos relacionados con su bancarrota personal. La quiebra estaba ligada a un préstamo de 3,5 millones de euros (hacia 3,8 millones de dólares) de un banco privado, Arbuthnot Latham.

El juicio de Becker se desarrolló en el Tribunal de la Corona de Southwark, al sur de Londres. Al tenista lo acusaron de ocultar sus trofeos de Wimbledon y del Abierto de Australia, varias propiedades y unos 1,8 millones de libras (2,3 millones de dólares).

Cuando en junio de 2017 se declaró en quiebra, sus deudas se estimaban en unos 50 millones de libras. Si lo encuentran culpable, podría ser encarcelado por siete años.

Boris Becker
Boris Becker, de 54 años, llegando al tribunal de Southwark Crown Court en Londres. Foto Ben Stansall / AFP

En las audiencias preliminares, Becker fue acusado de tener un apartamento en el lujoso barrio londinense de Chelsea y dos propiedades en Alemania que no fueron declaradas entre junio y octubre de 2017.

Se le acusa también de sustraer cientos de miles de libras transfiriéndolas a otras cuentas, entre ellas la de su exmujer Barbara Becker y la de su esposa Sharlely Becker, de la que está separado.

El extenista habría ocultado asimismo acciones en la empresa de inteligencia artificial Breaking Data Corp y sus trofeos de tenis.

Becker, de 54 años, niega todos estos cargos. Y, aunque vive en Londres y su abogado reconoce que su inglés es «muy bueno», quiere un intérprete para declarar en el juicio, que debe durar tres semanas.

El alemán es ganador de seis títulos de Grand Slam, un oro olímpico en Barcelona 1992 (en dobles) y fue primera raqueta del mundo en 1991.

Vida turbulenta

Una de las personalidades más problemáticas del mundo del tenis, Becker irrumpió con solo 17 años en 1985 cuando se convirtió en el campeón individual más joven de Wimbledon. El público lo adoptó rápidamente como su jugador predilecto por su juego dinámico y su entusiasmo juvenil, que se reflejaba en su afición por realizar espectaculares voleas.

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Boris Becker ganó Wimbledon a los 17 años. Foto cortesía

Su feroz saque le valió el apodo de «Baby Boom Boom» y «Der Bomber».

Un año después, defendió con éxito su título de Wimbledon, derrotando al número uno del mundo, Ivan Lendl, en la final.

En 1989, ganó Wimbledon por tercera vez. Ese año se adjudicó su primer título del Abierto de Estados Unidos.

Pero tras llegar al número uno del mundo dos años después, inició su declive. Propenso a los arrebatos emocionales, perdía con frecuencia partidos que estaban a su alcance. Lo multaron frecuentemente por romper su raqueta. Su personalidad volátil le dificultó mantenerse en la cima.

En 1993, tuvo problemas fiscales con el gobierno alemán. Su última final de Wimbledon acabó en derrota contra Pete Sampras en 1995.

Levantó su último título de Grand Slam en el Abierto de Australia de 1996 antes de retirarse tres años después.

Siguió en contacto con el tenis como comentarista de televisión. Fue entrenador de Novak Djokovic de 2013 a 2016, ayudando al serbio a desafiar con éxito el dominio de Roger Federer y Rafael Nadal.

Una turbia vida privada

Pero su vida privada fue turbulenta con rupturas matrimoniales y un extraño incidente en el que afirmó ser el representante para el deporte, la cultura y los asuntos humanitarios de la República Centroafricana ante la Unión Europea.

Su abogado defendió que esto le otorgaba inmunidad diplomática ante acusaciones de impago de nuevas deudas, pero acabó retirando dicha reivindicación.

En 2002, un tribunal en la ciudad alemana de Múnich condenó a Becker a una pena en suspenso de dos años de cárcel y a una multa de 300.000 euros (330.000 dólares) por evasión fiscal de unos 1,7 millones de euros.

Nota: este trabajo se publicó originalmente el 21 de marzo con el inicio del juicio. Fue actualizado con el veredicto.  

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