En plena tensión con Taiwán, el presidente chino Xi Jinping animó al ejército a entrenarse para el «combate real», días después de haber ensayado un cerco a la isla autogobernada.
El ejército debe «defender con determinación la soberanía territorial y los intereses marítimos de China y esforzarse por proteger la estabilidad periférica en general», dijo Xi al visitar una base naval en el sur, aunque sin mencionar explícitamente a Taiwán, según declaraciones transmitidas este miércoles por el canal CCTV.
Xi Jinping llamó también a las fuerzas armadas a «reforzar el entrenamiento militar orientado al combate real».
El mandatario hizo estas declaraciones el martes, después de que el ejército chino realizara tres días de ejercicios militares alrededor de Taiwán, en los que ensayó un cerco a la isla de gobierno autónomo y democrático.
Pekín considera Taiwán como una provincia que todavía no ha logrado incorporar a su territorio y no renuncia a tomarla incluso por la fuerza si fuera necesario.
China y Taiwán están divididos desde que en 1949 los comunistas ganaron la guerra civil en el continente, lo que obligó a los nacionalistas del Kuomintang a refugiarse en la isla.
La política exterior de Pekín se basa en el principio de «una sola China» y, en virtud de la misma, los países con los que mantiene relaciones diplomáticas no pueden tenerlas al mismo tiempo con Taipéi.
Por eso el gobierno chino consideró una provocación la reunión que mantuvieron la semana pasada en California la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
En respuesta, y para presionar a Taiwán, el ejército chino organizó sus ejercicios militares, que incluyeron el despliegue de buques de guerra y de aviones cazas. Los comentarios de Xi Jinping fueron los primeros hechos en público tras esas maniobras.
Macron se reafirma
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, visitó China antes del inicio de esos ejercicios militares y en declaraciones a la prensa publicadas el domingo marcó distancias con Washington, principal aliado militar de la isla.
Los europeos, sostuvo, no deben ser «seguidores» de Estados Unidos en este asunto, pero tampoco del gigante asiático.
Macron recibió críticas en Estados Unidos por su posición, que este miércoles reafirmó durante una visita a Países Bajos.
«Ser un aliado [de Estados Unidos] no significa ser un vasallo. Ser aliado (…) no significa que no tengamos derecho a pensar por nosotros mismos», dijo Macron en Ámsterdam.
El mandatario agregó que Francia está «por el statuo quo» y apoya una «solución pacífica» en ese conflicto de Extremo Oriente.
El ministerio alemán de Relaciones Exteriores criticó por su lado las «posiciones militares amenazantes» de Pekín, que incrementan «el riesgo de enfrentamientos militares involuntarios».
Paz en peligro
El acercamiento que han protagonizado los últimos años las autoridades taiwanesas y Estados Unidos ha causado irritación en Pekín. Pese a que Washington y Taipéi no tienen relaciones oficiales, Estados Unidos aporta a la isla un sustancioso apoyo militar.
El pasado verano, China llevó a cabo maniobras militares sin precedentes cerca de Taiwán y disparó misiles en respuesta a una visita de Nancy Pelosi a la isla, cuando ésta ocupaba el cargo que ostenta actualmente McCarthy.
Xi hizo sus declaraciones coincidiendo también con el inicio de las mayores maniobras militares conjuntas jamás realizadas entre Estados Unidos y Filipinas.
Con esos entrenamientos, ambos aliados históricos quieren reforzar sus coordinación para contrarrestar la influencia de China en la región. Y es que la cercanía de Filipinas con Taiwán podría hacer del país un socio clave si Pekín decidiera invadir la isla rebelde.
Filipinas anunció a principios de mes la localización de cuatro nuevas bases militares susceptibles de ser utilizadas por Estados Unidos, una de ellas ubicada cerca del mar de China meridional y otra no muy lejos de Taiwán.
China criticó el acuerdo, que a su juicio «pone en peligro la paz y la estabilidad regionales».