Internacionales

Ni en "Fauda" pudieron imaginar tanto horror

El asesinato de al menos 1.200 personas y el secuestro de otras 240 por parte del grupo terrorista Hamás ha hecho palidecer a la realista serie "Fauda" que actualmente se transmite por Netflix

Fauda
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La serie israelí «Fauda», un éxito internacional, situó su tercera temporada en Gaza, con un secuestro incluido en el guion que, al final, se vio superado por la realidad, constata el creador de la serie, Avi Issacharoff.

Difundida por Netflix estos últimos años, «Fauda» («caos» en árabe) conquistó al público más allá de las fronteras de Israel, sumiendo a los espectadores en la complejidad del conflicto israelo-palestino a través de la lucha entre una unidad de agentes israelíes infiltrados y un jefe de Hamás fugado.

El sábado, el equipo de la serie compartió una realidad que rebasa cualquier ficción: «estamos totalmente destrozados al anunciar que uno de los miembros de la familia de «Fauda», Matan Meir, fue abatido durante una operación en Gaza», anunciaron en la cuenta de Instagram de la serie.

«Matan participó en la segunda y en la tercera temporada» de la serie, recuerda Avi Issacharoff, durante una entrevista con AFP, refiriéndose a alguien «muy positivo» y «siempre dispuesto a ayudar». Meir se encargaba de la organización de los rodajes.

Matan Meir, productor de 38 años y soldado reservista, murió el viernes por la noche junto a otros cuatro soldados durante una operación militar en el norte de la Franja de Gaza, donde las tropas israelíes combaten al movimiento islamista Hamás, precisó el ejército.

«Me siento destrozado, no vemos el final, vivimos los peores momentos de la historia de este país», declaró uno de los directores de la serie, Rotem Shamir, durante su entierro. Seis compañeros de su unidad portaron el féretro a cuestas.

Otro miembro del equipo, el actor Idan Amedi (que interpreta a Sagui), publicó el 12 de octubre en X (antes llamado Twitter) un video en el que aparece con uniforme militar, tras haber sido convocado como reservista, y en el que indicaba: «esto no es una escena de ‘Fauda’, es la vida real».

La cruda representación del día a día que viven israelíes y palestinos hicieron que la serie se volviera muy popular, al narrar las omnipresentes restricciones relacionadas con la seguridad, los atentados, las operaciones nocturnas del ejército en zonas palestinas.

«Soy pesimista»

Pese a los aparentes paralelismos entre la ficción y la guerra de Israel contra Hamás, «estamos lejos de la realidad, pues la realidad es mucho más complicada que todo lo que hemos escrito», dice a AFP Avi Issacharoff, coautor de la serie y periodista.

La tercera temporada de «Fauda» se desarrolla en la Franja de Gaza y cuenta los enfrentamientos entre los palestinos y las fuerzas israelíes que intentan liberar a dos rehenes civiles, un guion que ya se percibió como un tanto extremo cuando se estrenó la temporada.

Unas 240 personas, según el ejército israelí, fueron secuestradas y llevadas como rehenes a la Franja de Gaza durante el ataque de Hamás del 7 de octubre.

«Desgraciadamente, no me imagino ninguna operación de rescate como las que vemos en nuestra ficción para traer con vida a todos los rehenes. Soy pesimista», afirma Issacharoff, un veterano crítico de las políticas del primer ministro Benjamin Netanyahu.

Según cuenta, cuando se produjo el asalto del 7 de octubre, corrió a refugiarse a una habitación antimisiles. «Luego supimos que no se trataba únicamente de unos cuantos cohetes, sino de una infiltración terrorista», comenta.

Con Lior Raz, coautor y uno de los actores principales de «Fauda» (interpreta a Doron), «fuimos el segundo día a Sederot para sacar de la zona de fuego a los habitantes de la ciudad», relata. Ambos sirvieron en unidades de las fuerzas especiales que inspiraron la serie.

Desde que empezó la guerra, al menos 11.180 personas, sobre todo civiles, murieron en bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, según el ministerio de Salud gobernado por Hamás. El sangriento ataque terrorista contra Israel dejó unos 1.200 muertos, mayoritariamente civiles.

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