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Bukele, en El Salvador, avanza hacia la reelección indefinida

Hasta hace poco, las reformas de la constitución en El Salvador debían aprobarse en una legislatura y refrendarse en la siguiente, para tener validez. Las cosas cambiaron y el país pasará a tener una constitución de plastilina en manos de Bukele

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Ya fue reelecto, aunque la constitución expresamente lo prohíbe. Ahora tendrá el poder de reformar la constitución, prácticamente sin ningún impedimento. No debe sorprender que el próximo paso de Nayib Bukele sea aprobar una reforma constitucional que le permita la reelección indefinida, apalancado en el respaldo de los salvadoreños a su política populista basada en la narrativa de la seguridad.

Una clara señal del tiempo que corre en el país centroamericano se tuvo a fines de abril. Sin que el tema estuviese en agenda, los diputados del bukelismo aprobaron, en su última sesión legislativa, reformar el artículo 248, que establecía restricciones a las transformaciones de la carta magna. En la nueva legislatura que entró en funciones del 1 de mayo, el presidente tiene el respaldo de 54 de 60 diputados, con lo cual se da por descontado que la reforma se aprobará, acabando con el cerrojo legal que estaba contenido en el artículo 248.

Apenas la nueva legislatura lo apruebe, cualquier nuevo cambio constitucional no deberá esperar por un nuevo período legislativo, sino que la mayoría lo aprobará y listo.

“Esta acumulación de poder deja a los salvadoreños y salvadoreñas sin defensa ante abusos del Estado y a expensas de las decisiones de un partido político”, expresaron decenas de organizaciones de la sociedad civil salvadoreña en reacción a la decisión de reformar la constitución. Reforma aprobada literalmente de espaldas a la sociedad.

La sorpresiva reforma del artículo 248, cuando concluían las sesiones del período legislativo, fue presentada por el diputado Rodrigo Ayala quien presentó la moción y pidió la reforma al artículo constitucional bajo “dispensa de trámite”.

Se trata, como ha recordado el periodista salvadoreño Wilfredo Miranda, exiliado en Costa Rica, de un mecanismo para aprobar leyes sin consultar, y que “ha sido frecuentemente utilizado en los últimos tres años por la aplanadora de Nuevas Ideas para satisfacer los designios de Bukele”.

Antes de la votación de fines de abril, las reformas de la constitución debían aprobarse en una legislatura y refrendarse en la siguiente, para tener validez, según el propio sistema de protección constitucional fruto de los acuerdos de paz de los 1980, que sentaron las bases del modelo democrático salvadoreño. Ahora podrá ser cualquier cosa en cualquier momento. Pasará el país a tener una constitución plastilina, en manos del mandatario.

Bukele fue reelecto hace tres meses, pese a que la constitución lo prohibía de forma explícita. Para ello apeló a artilugios legales, refrendados por magistrados nombrados por Nuevas Ideas o temerosos de ser destituidos por la mayoría bukelista del parlamento, según analistas, y se hizo de una candidatura a la relección en este 2024, bajo el argumento de que no podía impedirse su derecho humano a la reelección, que según esta interpretación formaría parte de sus derechos políticos.

Justamente la constitución de los 1980 explícitamente prohíbe la relección en El Salvador. Durante la vigencia de la carta magna, en las últimas tres décadas, cada presidente ejerció el poder por un período único de cinco años.

Este 1 de junio, Bukele gracias a una mayoría de votos no que no está discusión, asumirá para un segundo período consecutivo con lo cual, en 2029, cuando se cumpla el lapso de cinco años de cada administración, habrá completado una década en el poder.

Para la venezolana Carolina Jiménez, presidenta de la Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), el modelo de Bukele se inscribe dentro del retroceso democrático que caracteriza a la región en esta época.

“Nayib Bukele en un solo término presidencial logró desmantelar el estado de derecho y pasar a un modelo de seguridad claramente violatorio de los derechos humanos, pero con muchísima popularidad”, sintetiza la defensora de derechos humanos, quien considera que el mandatario salvadoreño va “a una velocidad impresionante” en la consolidación de un modelo autoritario.

Los diputados del bukelismo, asimismo, actuaron en contravía de la jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional, ya que no presentaron ni promocionaron ante la ciudadanía estos cambios constitucionales. Tampoco fue un tema promovido durante la campaña electoral que oficialmente tuvo lugar entre octubre de 2023 y febrero de 2024, cuando Bukele fue relecto con 85% de votos.

Amnistía Internacional fue una de las organizaciones globales de derechos humanos que condenó la reciente reforma constitucional, enfatizando que dicho cambio se hizo de espaldas a la ciudadanía.

Pero el presidente que se comunica principalmente a través de sus redes sociales, literalmente ha hecho de oídos sordos a este tipo de advertencias y comentarios de organizaciones de derechos humanos, tanto nacionales como globales.

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