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¿Qué cambia para las mexicanas con el triunfo de Claudia Sheinbaum?

En México las mujeres presiden el Banco Central y la Suprema Corte, también son mayoría en el Congreso y ahora, Claudia Sheinbaum llega a la presidencia con el enorme reto de combatir el feminicidio

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AFP
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«México ya no se escribe con M de machismo (…) se escribe con M de madre y M de mujer», dijo hace un año Claudia Sheinbaum. Electa el domingo primera presidenta en la historia de México por demoledora mayoría, promete combatir las altas cifras de violencia de género y ayudar a las mujeres a «vivir sin miedo».

Casi dos décadas después de que el expresidente Vicente Fox describiera a las mujeres como lavadoras «de dos patas», México eligió a esta destacada científica izquierdista de 61 años para ocupar la cumbre del poder político.

«¡Nunca más un ‘calladita te ves más bonita’!», afirmó varias veces Sheinbaum durante la campaña electoral.

En México hay enormes avances en la representación femenina: mujeres presiden el Banco Central y la Suprema Corte, que despenalizó el aborto a nivel federal hace menos de un año.

Las mujeres además son mayoría en el Congreso, tras una reforma constitucional hace 10 años que garantizó una cuota de 50% en las candidaturas.

Más de la mitad de los estudiantes de la prestigiosa Universidad Nacional de México (UNAM) son mujeres. Y en esta inédita elección, la principal rival de Sheinbaum fue otra mujer, la ingeniera y senadora de centroderecha Xóchitl Gálvez.

«Como luchadora por las mujeres, en el feminismo 60 años, imagínate, este es el sueño hecho realidad», dijo a la AFP la senadora Olga Sánchez Cordero en el cuartel general de Sheinbaum. «¿Qué significa para mí esta victoria? Significa que ya me puedo morir tranquila», sostuvo la exministra de la Suprema Corte.

«Hartos del machismo»

«No creo que los machistas cambien porque haya una mujer presidenta, pero sí podríamos tener más derechos y capacitación para defendernos de los machistas, de un hombre golpeador», confía Norma Teófilo, una vendedora de 20 años, tras votar por Sheinbaum.

Un 70% de las mexicanas de más de 15 años han experimentado violencia al menos una vez en su vida, según ONU Mujeres.

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Gráfico con la cantidad mensual de llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer en México, de enero de 2016 a marzo de 2024 – AFP / AFP / GUSTAVO IZUS

Si se suman los feminicidios y los homicidios dolosos, los asesinatos de niñas y mujeres promedian unos 10 por día, indica la ONU.

«Estamos hartos del machismo, hay que apoyar a las mujeres, a las madres solteras que sufren violencia», afirma Bryan Ramírez, de 25 años.

Un símbolo poderoso

Para la socióloga Zeida Rodríguez, de la Universidad de Guadalajara, la elección de Sheinbaum es «algo simbólicamente muy poderoso».

«Ojalá a los hombres se les vuelva más normal que sean las mujeres quienes dirijan (…) Podría ser el inicio de otra etapa».

La socióloga cree que una presidenta puede contribuir a que se valorice a las mujeres, pero alerta sobre una mayor «violencia política de género», con mujeres más criticadas y sancionadas que sus pares hombres.

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Claudia Sheinbaum al momento de votar (Photo by YURI CORTEZ / AFP)

Paradójicamente, señala, el avance de las mujeres «ha exacerbado expresiones machistas, en lugar de disminuirlas».

América Latina ha tenido y tiene presidentas desde hace décadas. Que una mujer gobierne el mayor país hispanohablante «simbólicamente significa mucho, pero desde el punto de vista político, no necesariamente», señala el antropólogo Matthew Gutmann, de la Universidad de Brown y experto en masculinidades y género, que vive parte del año en México.

«No llego sola»

Sheinbaum no es una feminista tradicional, pero en su discurso de triunfo se dirigió directamente a las mexicanas.

«No llego sola. Llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas», dijo.

Pamela Starr, experta en México de la Universidad del Sur de California (USC), estima que Sheinbaum será más sensible a las mujeres que su mentor, el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.

«Tendrá una política específica en relación al feminicidio que AMLO no quería tener«, afirma.

Sheinbaum propone ampliar a nivel nacional medidas exitosas durante su mandato como alcaldesa de Ciudad de México, como una fiscalía dedicada a feminicidios, y el combate a la violencia doméstica «para que los agresores se salgan de casa y las mujeres permanezcan en el hogar con sus hijos».

También promete contratar abogadas mujeres en todas las fiscalías y que sea obligatorio investigar cada muerte de una mujer como feminicidio.

Los retos no son solo internos. Starr advierte sobre la eventual relación de Sheinbaum con Donald Trump si éste gana las elecciones de noviembre en Estados Unidos.

«Sabemos que Trump tiende a denigrar a las mujeres, así que sospecho que pondrá a prueba a Sheinbaum para ver cuán fuerte es», dice. «Creo que asumirá que puede presionarla, y ella precisará mucho temple para impedirlo».

¿Quién es Claudia Sheinbaum?

Sobria e impasible, Claudia Sheinbaum es una destacada científica de izquierda que se dedicó a la política y logró convertirse en la primera presidenta de un México azotado por la violencia criminal y de género.

Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México, de 61 años, se impuso con un resultado aplastante: unos 32 puntos porcentuales por encima de su principal rival, la senadora de centroderecha Xóchitl Gálvez, según el conteo rápido oficial.

«No les voy a fallar», prometió exultante a sus seguidores, que la vitorearon en un hotel de la Ciudad de México.

Bien como militante estudiantil en los años 1980, como física o política, Sheinbaum siempre proyectó seriedad y enfoque. De rostro imperturbable, rara vez sonreía.

Había que revisar viejas imágenes familiares para verla divertida en sus juegos infantiles, o ya adolescente sonriendo coquetamente para la cámara.

Pero la campaña presidencial reveló a una mujer afectuosa y risueña que repartió besos y abrazos entre miles de simpatizantes, y defendió apasionadamente el proyecto del saliente mandatario Andrés Manuel López Obrador.

Guillermo Robles, uno de sus compañeros de la maestría de ingeniería energética de la UNAM en 1987, la recuerda reservada. «Ni ella ni yo éramos de socializar con todo el mundo».

Luego Sheinbaum cursó un doctorado en ingeniería ambiental, para el cual investigó cuatro años en Estados Unidos, y fue parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC) que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2007.

El magnetismo de esa joven de ascendencia judía radicaba en sus convicciones de izquierda que la hicieron militante del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), opina Robles.

Aquel colectivo frenó una intentona de privatización de la universidad y fue cantera de personalidades del gobierno de López Obrador, su mentor.

Aunque Sheinbaum «no era de las principales» líderes, según Robles, su compromiso no melló ni estando embarazada de su hija Mariana, hoy de 36 años.

Esa convicción tiene vena familiar. Su madre, Annie Pardo, reputada bióloga, fue expulsada como profesora universitaria por denunciar la matanza de estudiantes de 1968 en la plaza Tlatelolco.

«Tomar decisiones»

Temple y discreción marcan la actuación de Sheinbaum, cuyos abuelos llegaron a México desde Bulgaria y Lituania huyendo de la Segunda Guerra Mundial.

Como alcaldesa de un distrito de Ciudad de México, afrontó el derrumbe de un colegio durante el terremoto de 2017 que mató a 26 personas, incluidos 19 niños. Metódicamente insistió en que las irregularidades en la construcción no eran imputables a la alcaldía.

También manejó con aplomo dos momentos muy delicados como alcaldesa: la pandemia y el desplome de una línea del metro que dejó 26 muertos.

El uso de métodos científicos y tecnología reflejó la impronta de Sheinbaum en la gestión del covid que, no obstante, dejó una elevada mortalidad.

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Hubo fiesta en el Zócalo de Ciudad de México por el triunfo de Claudia Sheinbaum (Mario VAZQUEZ / AFP)

«Tiene una capacidad de análisis impresionante, de leer datos y encontrar soluciones», comenta Tatiana Clouthier, vocera de campaña y exministra de Economía de López Obrador.

Tras el colapso de la línea del metro en 2021, defendió a su equipo y optó por una polémica negociación con la constructora de la obra -del magnate Carlos Slim- para indemnizar víctimas y evitar juicios.

«Gobernar es tomar decisiones (…) y asumir las presiones que se pueden generar», argumenta en un documental Sheinbaum.

Para combatir la violencia de género promete crear fiscalías especializadas y ofrecer asesoría gratuita en este país donde cada día se registran en promedio 10 asesinatos de mujeres, muchos tipificados como feminicidios.

«Dama de hielo»

Su carácter imperturbable puede jugarle en contra. Nunca miró ni llamó por su nombre a Xóchitl Gálvez durante tres debates en los que fue atacada duramente. «Sigues siendo fría, sin corazón, yo te llamaría la dama de hielo», le espetó Gálvez, enrostrándole no tener el «carisma» de López Obrador.

En contraste, Sheinbaum se ha mostrado distendida en videos de TikTok.

También compartió en noviembre de 2023 la noticia de su casamiento en segundas nupcias con Jesús Tarriba, su amor de la universidad con quien se reencontró vía Facebook en 2016.

Atenta con sus colaboradoras, es partidaria de los liderazgos horizontales.

«A pesar de ser científica tiene una cuestión de luchadora social que hace una combinación de mente con corazón muy buena», apunta Clouthier.

Robles, su colega investigador por más de una década, resalta que nunca «se le subieron los humos».

«Sí tiene amor por México, no es ambición como muchos políticos. Claudia no es ni tantito parecida a los políticos tradicionales», asegura.

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