Invasión en Ucrania

5 claves del polémico plan de paz de China para terminar la guerra en Ucrania

Mediante un documento, China se quiso mostrar como un país neutral ante la invasión de Rusia a Ucrania, sin embargo ni EEUU, ni Ucrania están satisfechos con los lineamientos que propone el gigante asiático para solventar el conflicto armado que ya cumple un año

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China presentó el viernes un documento en el que reafirma su postura sobre la invasión de Ucrania, que comenzó hace exactamente un año, y que incluye el respeto de la soberanía, un llamamiento al diálogo y el rechazo del uso de armas nucleares.

Organizado en 12 puntos, el documento presenta a Pekín como un actor neutral que pide a ambas partes inicien conversaciones de paz. Pero esta neutralidad es cuestionada por Estados Unidos y otros aliados de Ucrania.

En los últimos días, Washington declaró que Pekín tiene la intención de suministrar armas a Rusia, lo que China niega rotundamente.

Estos son los principales puntos del documento publicado el viernes, así como las reacciones internacionales que provocó:

Respeto de la soberanía

Primer punto: «La soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser efectivamente defendidas».

China siempre se negó a afirmar claramente que Rusia era culpable en el caso específico del conflicto en Ucrania, desencadenado por la invasión de las fuerzas rusas en territorio ucraniano.

En la cadena de noticias CNN, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, reaccionó diciendo que el documento «podría haberse detenido en el primer punto», porque «la guerra podría terminar mañana si Rusia dejara de atacar a Ucrania y retirara sus fuerzas».

Llamamiento al diálogo

China pide a Rusia y Ucrania que celebren conversaciones de paz, subrayando que «el diálogo y la negociación son la única solución viable».

«La comunidad internacional debe seguir comprometida con el enfoque correcto de promover las conversaciones de paz y ayudar a las partes (implicadas) en este conflicto a abrir la puerta a una solución política lo antes posible, creando las condiciones y plataformas necesarias para la reanudación de las negociaciones», estima China.

No a las armas nucleares

El documento se opone a todo recurso a las armas nucleares. «Hay que impedir la proliferación nuclear y una crisis nuclear», destaca.

Esta toma de posición se produce después de las declaraciones del presidente ruso Vladimir Putin, que anunció el martes la suspensión del tratado Nuevo Start, último acuerdo bilateral de este tipo que vincula a rusos y estadounidenses, cuyo objetivo es limitar sus arsenales nucleares.

China «se opone a la investigación, el desarrollo y el uso de armas químicas y biológicas por cualquier país y en cualquier circunstancia», recuerda el viernes. 

Ambas partes «deben respetar estrictamente el derecho internacional humanitario y evitar los ataques contra civiles o edificios civiles», añade.

No a la «mentalidad de la Guerra Fría»

Hay que «abandonar la mentalidad de la Guerra Fría», dice Pekín, un argumento utilizado regularmente por la diplomacia china.

El documento, en una crítica semioculta hacia la Otan, afirma que «la seguridad de una región no debería lograrse reforzando o ampliando bloques militares», y que «los intereses y preocupaciones legítimos de todos los países en materia de seguridad deben ser tomados en serio».

En los últimos meses, el ministerio de Asuntos Exteriores chino culpa a Estados Unidos y a sus aliados por el suministro de armas y equipos a Ucrania.

El viernes, China inclusive critica las sanciones unilaterales impuestas a Moscú. «No pueden resolver el conflicto, solo crear nuevos problemas», subraya.

Limitar el impacto económico

China también pide que se proteja a la economía mundial del impacto del conflicto en Ucrania, en particular preservando la Iniciativa del mar Negro, un acuerdo que permite la exportación de cereales ucranianos a pesar de la situación.

Otra prioridad, según China, es «mantener la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro», y para ello todas las partes implicadas deben «oponerse a la utilización de la economía mundial como herramienta o arma con fines políticos».

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