Opinión

Teoría de la relatividad del ganar y perder un Clásico

Eso que llamamos victoria y derrota tiene un elevado componente de azar. Los blancos ganaron 3-1, pero hubo momentos en que lucía más inminente un 0-2 azulgrana que un 1-1. ¿Qué hubiera pasado si entraba aquel disparo? ¿Y si no pitaban aquel penal?

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El vuelo matutino de una mariposa azul en el Waraira Repano podría influir en la brisa que sopla en Madrid y en los milímetros que separan un gol de un no-gol. Los blancos tienen razones para celebrar, pero con moderación. Los azulgranas no deberían sentir que la causa se perdió y que un técnico como Luis Enrique solo sirve para ganarle al Getafe. Hubo audacia en jugársela con Luis Suárez como titular. Él es como aquella canción de Charly García: “Algunos piensan que muerdo a la gente, pero yo tengo personalidad”. A veces te sale, a veces no te sale.

Hablando de todo un poco: ¿por qué hasta cuando es James el que falla una ocasión, la cámara igual toma la cara de Cristiano Ronaldo? Hablando de todo un poco, parte 2: ¿no les parece que la rueda de prensa de los dos directores técnicos, más allá de la asombrosa capacidad de Carlo Ancelotti para arquear una ceja y mantener la otra totalmente recta, fue ejemplar por su deportividad? Son dos señores. En un momento en el que hasta se especula que uno de los rivales del superclásico podría ser expulsado de la Liga porque quizás pertenecerá a un nuevo país independiente, hace falta gente que le baje una, como dicen en caraqueño. Menos mal que ningún desadaptado lanzó un dron con la bandera de Cataluña en el Bernabéu. Bien Luis Enrique por darle prioridad a los méritos del rival. No sé si es un iluminado o caído del cielo que reinventará el fútbol, pero sí un buen tipo que no hace más complicado un juego que en el fondo es bastante sencillo. Por cierto, me agrada esa representación del proletariado apellidado Mathieu.

Analizar fútbol es el arte de lavarse la cara. Soy de los que pensaba que Pepe estaba acabado como defensa central y que debía ceder su lugar a Varane. Soy de los que pensaba que el fichaje de James Rodríguez era un lujo innecesario (eso sí, siempre he pensado que Benzema es un delantero que tiene mucho más valor que un número equis de goles). ¿Qué toca? Tragarse las palabras. Ahí está Pepe, dando una lección de que a los 31 años todavía puedes superarte como jugador de fútbol. Y ahí está James, demostrando que un grande siempre es útil y que solo hay que darle tiempo para encontrar su lugar en el mundo, o sea, la cancha. La ausencia de Bale abre el debate: ¿juega más equilibrado el Madrid sin el galés? Ese es el tipo de problema que envidio tener cada vez que llega un día lunes.

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