Opinión

Alguien juega a los dados en el #Futve

El título no es cualquier cosa. Señala a quienes duermen muy tranquilos mientras el fútbol se hunde entre la pérdida de sus raíces y la intolerancia social. Esto es un llamado de atención para que se haga todo lo posible por comprender el verdadero valor de esta actividad y así, de una vez por todas, volver a disfrutarla como lo que realmente es: un juego.

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Mi amigo Juan José Vidal, mejor conocido como Cheche, fue atacado por muchos de los actuales dirigentes de este fútbol cuando afirmó que “al fútbol venezolano hay que dejarlo morir, para que nazca otra vez”. Más allá del rechazo que produjo, ninguno, léase bien, ninguno de quienes manejan este deporte reflexionaron acerca de el origen de aquella frase, que no es más que la aceptación de que bajo el actual esquema federativo, nuestro balompié parece condenado al subdesarrollo y la vergüenza. Situaciones como las de ayer en San Cristóbal, o la vivida hace casi un mes en Acarigua, confirman que a esto se lo ha llevado quien lo trajo.

Ya me dirá usted que el tema supera al fútbol. ¡Bingo! Esa es la tesis que he venido sosteniendo desde hace un buen tiempo: lo que sucede en un estadio de fútbol es una pequeña muestra de nuestra involución como sociedad, pero no por ello hay que aceptar que desde la FVF ignoren estos llamados de atención. Nuestro fútbol necesita algo mejor que los cuatro gatos que inhabilitan estadios o que se creen aquello de que el domingo es el día de descanso. No, y mil veces no; acá no pueden existir días libres cuando queda mucho qué hacer y tanto por construir.

¿Cómo es posible que a dos horas de lo vivido en la ciudad de San Cristóbal no haya aún un pronunciamiento oficial de la FVF que condene los actos que allá se vivieron? ¿Es que acaso hemos sido secuestrados por la indiferencia y el desprecio? Perdóneme usted, estimado lector, pero no comprendo tanta insensibilidad por parte de los directivos de este fútbol – la misma que ya demostraron con su pobre y escueto comunicado ante la muerte de un aficionado hace unas semanas en Acarigua.

Lo invito a recordar que bajo el mandato de la actual directiva de la FVF, no sólo han aumentado las manifestaciones violentas en los estadios sino que en ningún caso han luchado por el cumplimiento de sus propias normas, esas que, por ejemplo, obligan a “carnetizar” a los hinchas de cada equipo. Acá se juega el torneo para cumplir con las reglas de CONMEBOL; hay un calendario que cumplir y no importan deudas, miedos, estadios por caerse o que funcionen las ambulancias que deben atender cualquier eventualidad. ¿Recuerda usted aquel seguro obligatorio que protegería a cualquier asistente a una cancha? Otro saludo más a la bandera.

La dirigencia del fútbol venezolano está en la obligación de respondernos por su incapacidad para garantizar un espectáculo de altura. Si no pueden con su tarea, váyanse y den paso a nuevas ideas y mejores voluntades. Se les hunde el barco y sólo se preocupan por que los músicos sigan tocando .

Ya basta de comunicados atemporales, es hora de sancionar realmente a quienes permiten la violencia con quita de puntos y la pérdida de la categoría, que es lo único que le importa a estos dependientes del dinero público. El día que desde la FVF salga una sentencia que lleve a un club a la segunda división aparecerá, como por acto de magia, la voluntad por preservar y mejorar su negocio. Hasta entonces acostumbrémonos a esta desidia.

Albert Einstein fue muy enfático al afirmar que Dios no jugaba a los dados. Con todo el respeto, en el fútbol venezolano sí hay alguien que los lanza todas las semanas y con ello hace buena la contestación de Stephen Hawking: “Dios no solo juega a los dados, hay veces en que los esconde donde no lo podemos hallar«. Como si se hubiese inspirado en nuestro fútbol…

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