Opinión

Comparación entre una cola del Pdval y una del Excelsior

En la continuación de los estudios sociológicos de las colas de enero publicados en este portal, le presentamos hoy las fichas técnicas de dos colas efectuadas esta semana en Caracas en un Pdval (centro de abastecimiento del Estado, sucursal de San José) y en un Excelsior Gama (supermercado privado, sucursal de Santa Eduvigis).

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Por favor, tome en cuenta que resulta imposible captar el “espíritu de una cola” si el investigador forma parte interesada de ella, pues está obligado a permanecer en un punto estático, aunque eso le servirá para escuchar al menos lo que ocurre en su entorno más cercano. Una conclusión indirecta del ejercicio fue la evidente disparidad de la oferta de un establecimiento público y una cadena privada.

Cola en Pdval de San José
Ficha técnica
Día: lunes 19 de enero de 2015
Hora de incorporación a la cola: 5:40 am
Primer vendedor de café, manzanilla y Toddy: 5:46 am
Ubicación lograda en la cola: favorable. Aproximadamente entre los primeros 100.
Motivación para hacer cola: por su terminal de cédula (1), al redactor le corresponde comprar los lunes en los centros de abastecimiento del Estado, y el Pdval le queda cerca. El redactor busca principalmente leche en polvo, café y pollo para sus padres.
Primer movimiento fuerte de cola: 8:40 am
Avistamiento de funcionario que recoge las cédulas en la cola (las devuelve cuando el comprador entra al Pdval): 7:54 am
Hora de abandono del supermercado: 9:25 am
Notables ausencias: café y arroz.
Productos adquiridos por el redactor: un mercado por 648 bolívares que incluyó 2,5 kilos de pollo nacional (Bs 109), azúcar (Bs 18), una Harina Pan clásica, la única permitida (Bs 12,40), leche en polvo Venalcasa (Bs 70), litro de leche líquida de larga duración (Bs 26), caraotas negras (Bs 15), leche condensada (Bs 45), 4 rollos de papel higiénico Caricia (Bs 32,16), una docena de huevos (Bs 75) y dos latas de atún Margarita (Bs 36 cada una).
Incidencias: en la cola para pagar donde estaba el redactor, solo se podía cancelar con efectivo. “El punto está dañado” (cajera con expresión de “no es peo mío”). A sugerencia de otra colista, el redactor se dirigió a amable funcionaria de camisa roja, que lo ubicó en posición muy favorable en otra cola.
Otra incidencia: la latica de leche condensada se le extravió al redactor en medio del bululú.
Idea sugerida por el redactor: disposición de baños portátiles cerca de la cola.
Personaje pintoresco de la cola: sujeto que se identifica como militar retirado, que asegura haberse desempeñado como “escolta del superintendente nacional de Cooperativas, después de que salí de la Academia Militar”, así como tener un contacto dentro del Pdval que le suministra información. “Yo ayudé a que ella (nombre ininteligible), siendo nacionalizada, llegara a ministra de la Secretaría. Mi papá fue senador de la República”. También dice haber trabajado como asistente de un ministro de Defensa: “Me le cuadré y le dije con todo el respeto: ‘Mi general, si usted dice que no puede combatir la corrupción, qué queda entonces para nosotros”. Explica: “A mí me dicen: tú eres chavista. No, yo no soy chavista. Cuando veo algo que no me gusta, lo digo. Muchos amigos han terminado conmigo, porque yo veo más allá. Si publicara un libro con lo que sé de adecos y copeyanos, al día siguiente me tendría que ir a Aruba”.

Comentarios captados al vuelo:

• “Mire, aquí adelante van otras dos personas y mi papá, para que después no diga que se colearon” (al redactor, cuando se incorporó a la cola).
• Militar retirado: “Ése es un virus manipulado. Tú sabes que los gringos…”
• Llamada telefónica, 7:50 am: “Véngase pa’cá, que hay chance”.
• Señor con acento andino al militar retirado: “Le presento a mi hija, la otra doctora”.
• “Los que están jodidos son los margariteños”.
• “Yo sí estoy de acuerdo con que marquen a la gente. Aquí hay mucho vivo”.
• Militar retirado: “Antes tú entrabas en el supermercado y había de todo, pero no había nada en el bolsillo para comprar”.
• “Muchos caraquistas van a ir al Magallanes por el hecho de que está el Pollito”.
• “No hay razón alguna para que tú rompas la cola. Por eso es que los chinos se arrechan”.
• Militar retirado: “Aquel que diga que le dio chikungunya y no lloró, es un mentiroso. El hijo mío pensó que estaba en una guerra en Moscú y lloraba”.
• “Lo que es Trujillo, Mérida y Falcón, todos esos son magallaneros”.
• Militar retirado: “La diabetes tiene mucho de emociones. Yo logré vencerla”.
• “¿Y el barco que le regaló Carlos Andrés a Bolivia?”
• “El que nació en Rubio es colombiano y es venezolano”.
• “La ropa interior colombiana es espectacular”.
• Militar retirado: “Nosotros tenemos un enemigo interno que se llama los jugos gástricos”.

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Cola en Excelsior Gama Plus de Santa Eduvigis
Ficha técnica
Día: martes 20 de enero de 2015.
Hora de incorporación a la cola: 6:23 am.
Ubicación lograda en la cola: semi-favorable. A la altura de la letra “E” grande y blanca bajo fondo rojo, frente a la estación Miranda del Metro.
Motivación para hacer cola: se trata de una cola a ciegas (es decir, aquella en la que no se sabe qué se va a comprar) que se forma diariamente en el Excelsior Gama, a la espera de que llegue un camión. La modalidad consiste en que se reparten números para comprar productos regulados en efectivo bajo un toldo en el estacionamiento, con el objetivo de evitar tumultos dentro del supermercado. El lunes anterior, el redactor consiguió jabón en polvo bajo uno de los mencionados toldos, luego de cola de tres horas. También le fueron ofrecidos suavizante y pañales XL, como parte de un combo, aunque los rechazó.
Anuncio oficial: “Señores, los que quieran ingresar a la sucursal, ingresen. No vayan a hacer una cola innecesaria porque no ha llegado nada” (empleado del Excelsior Gama, 8:02 am). De todos modos, permaneció impertérrita una cola que se extendía hasta la esquina de la Primera Avenida de Santa Eduvigis.
Hora de abandono del supermercado: 8:09 am
Principal novedad dentro del supermercado: compotas
Productos adquiridos por el redactor: ninguno
Conversación escuchada:
—¿Qué están regalando?
—Yo vine a ver si hay leche en polvo.
—Si hubiera leche, la multitud fuera arrecha.
—Yo ayer compré aquí seis compotas.
—En Puente Guanábano, donde hay una rampita, los chinos estaban vendiendo papel. Ayer la avenida Baralt estaba cundía e’ cola.
—En la tarde se forman unas colitas en la Fuerzas Armadas y ahí compré jabón Las Llaves.
—En el Luvebrás de La Florida había arroz.
—Le dije a mi mujer: te acompaño en esta odisea hasta el jueves, porque empiezo a trabajar.
—En Macaracuay había de todo menos pollo.
—Son las 7:00. Si no han dado número, es porque no hay nada.
—Pero ayer nos fuimos y había llegado el Ariel.

Otros comentarios captados al vuelo:
• “El chamo que trabaja en Los Campitos, ahí donde está el Seniat, me dijo: ‘Compra lo que agarres’. Me dijo ayer: ‘Compre galletas, guevón, guarde galletas’. Yo estoy comprando enlatados”.
• “Cuando hay gandola aquí, es que hay ‘argo’”.
• “Hasta tiros le ofreció al señor, cuando vino el que reparte los números”.
• “Yo te iba a decir que te quedaras en Don Sancho. Ahí siempre venden jabón los martes”.
• “Toiticos los que están aquí son puro revendedor de Petare. Allá va la rata de la peruana. Ese que está ahí viene todos los días. Yo le pregunté: ¿en cuánto estás vendiendo ese jabón? Me dijo: ¡300! Le contesté: ¡Métetelo por el culo! Está bien que vendan, ¡pero tienen que ganarle el triple!”.
• “Es raro que no hayan salido a repartir número. ¡Corre a ver si están las gandolas!”
• “Si está la Guardia es porque algo llegó”.
• “Si se compra por cédula, entonces que te den ese día libre”.
• “Le pregunté al de la gandola qué traía y me salió con su cara e’ perro”.
• “Yo voy a entrar aunque sea al baño a mear”.
• “Ese que viene ahí es el que sabe si hay”.
• “Ahí está llegando el camioncito pequeño. Ayer la gandola abrió y había Ace”.
• “Aquel gentío corriendo y un tipo me dijo: ¡llegaron los pañales!”
• “¿Tú conoces a Eulalia, la españolita? Esa coño e’ madre tiene hasta cuenta en euros. Ayer hizo su cola y no le quisieron vender los Pampers”.
• “¡A lo que hemos llegado!”.

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