Opinión

MANSO en la cola

Frente a los ataques de la ultraderecha fascista, que pretende desestabilizar el país denunciando unos supuestos y jamás comprobados altos índices de escasez, el Movimiento Antiimperialista Nacional Socialista y Obrero (MANSO, por sus siglas y comportamiento) emite este comunicado para llamar al pueblo a mantener la calma.

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MANSO asume como propias las declaraciones de distintos voceros del Gobierno, que sospechan con toda razón que detrás de los desórdenes que se han registrado en algunas colas está el Imperio con su mano peluda (debido a la falta de crema de afeitar y hojillas).

Porque, si a ver vamos, ¿qué motivos puede tener una persona que pasa tres o cuatros horas de pie bajo el sol o la lluvia para comprar una caja de pañales para estar molesto? Como dijo el camarada ministro, hacer cola es lo más normal del mundo. Al frente de la torre Eiffel siempre hay una fila enorme de gente que está muerta de la risa y eso que allí no venden carne regulada ni pacas de harina pan.

El pueblo MANSO no es hijito de papá y mamá. Al contrario, es huerfanito de papá Estado. Pero, con las dos rodillas en tierra, sigue labrando esta gesta heroica, pues donde los ojos capitalistas miran una muchedumbre soportando abusos, calor y polvo para comprar dos pollos, MANSO observa a un pueblo valiente, corajudo, invencible, arrollador. Los gringos tienen su desembarco de Normandía, nosotros nuestra cola del Bicentenario.

Por último, respaldamos la tesis de la diputada del PSUV que advirtió la presencia de agentes extranjeros en las colas para provocar un estallido social y lanzamos esta alerta: si usted ve a una persona refunfuñando en una cola, sea un buen patriota cooperante y acúselo con las autoridades para que lo deporten a cambio de un revolucionario puertorriqueño o, mejor aún, de un chino con plata.
MANSO es la expresión de un pueblo que en las colas se para derechito y se porta muy bien, apegado siempre al manual de urbanidad y buenas maneras de Carreño. No el escrito por Manuel Antonio, sino el editado por el camarada Pedro.

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