Opinión

“Honestidad es una palabra tan solitaria”

Honestidad (Honesty), uno de los temas más famosos de Billy Joel, no ha sido su canción favorita, y por eso ni siquiera la ha incluido en sus recopilaciones de grandes éxitos. Sin embargo, es la primera que viene a la mente cuando la asociamos con alguna de sus composiciones. En la letra de este tema fluye la decepción, el engaño, la excepcionalidad de su presencia (honestidad) y sobre todo la necesidad de su vigencia.

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“Honestidad es una palabra tan solitaria”. De todos los valores humanos, la honestidad es uno de los más importantes. En si misma comprende otros valores, tales como la justicia, la rectitud, la razón, la decencia, la honradez y la integridad. Es una palabra “solitaria” por varias razones; porque mucha gente es insincera, llegando en algunos casos inclusive a actuar en forma distinta a como piensa y siente, y sobre todo, porque poco importa probar a los demás lo honesto que se es, y en ese afán inflar el ego, porque lo esencial es probárselo a uno mismo, en un acto solitario, muchas veces en compañía de la almohada, cuando se cierran los ojos, ya listos para dormir, o cuando se está a punto de dejar este mundo, casi nunca listos, para morir.

¿Somos realmente honestos? Rosa Montero en su fabulosa novela “La Hija del Caníbal” expresa que la mayoría de las personas que se consideran a sí mismas como honestas no lo son por una convicción o valor intrínseco, sino mas bien porque nunca tuvieron chance de poner a prueba su supuesta honestidad. “La vida es justamente eso, un camino azaroso entre tentaciones; y la probidad no depende únicamente de la virtud de cada cual, sino también, y en cierta medida, de la suerte. De cómo, cuándo y dónde te han tentado” más adelante agrega: “Y entre estos dos extremos se extienden los demás, la masa viva, criaturas bien intencionadas pero débiles; seres normales, esto es, dubitativos y confusos, que serán buenos si el entorno es favorable, y malos si el medio en el que viven se pervierte”.

Así, en la construcción de nuestro propio camino, desde la más tierna infancia surge de forma natural e inconsciente la sombra, el lado oscuro, todo aquello que no queremos ser, y sobre lo que Carl. G. Jung se preguntaba si los seres humanos la poseían a ella o ella poseía a los seres humanos. Si los seres humanos no la concientizan, no la encontrarán “¿Cómo puedes encontrar a un león que te ha devorado?”, decía Jung.

Escándalos de corrupción por todo el mundo, en los gobiernos, en las empresas, en los templos religiosos, y en los de justicia e inclusive hasta en los deportes, y sus perpetradores tratando de mantener la frente en alto, por una necesidad de reconocimiento a su honestidad que no merecen, haciendo uso de las técnicas más sofisticadas de autoengaño, buscando encontrar un basamento moral a sus desmanes y mientras tanto, al creer que someten a los engañados, se someten a sí mismos. “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma” (Jung).

“Honestidad, es una palabra tan solitaria”

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