Veamos más lejos, miremos más allá. Sin dejar de atender la coyuntura, no olvidemos que existe el horizonte. Pensar en grande no es menospreciar el detalle sino no dejarse arrinconar en él porque es eso, un detalle. Verdadero, pero parte de un panorama muchísimo más amplio. Ojo de paisajista, para ver el árbol y el bosque. Pero con ellos al país y al planeta, y en ellos a la persona, protagonista.
¿Por qué ahora? Parece contra intuitivo y quizás lo sea, así como que los ciudadanos podemos y debemos reclamar nuestro voto negándonos a votar en un simulacro que tiene abolengo dictatorial en nuestra historia. En trances como el que vivimos los venezolanos, a la república no puede pasarle lo que al coronel de García Márquez que no tiene quien le escriba.
Porque cuando más en crisis está nuestra vida civil, más comprometido me siento con ella. Cuando el griterío nos dificulta escuchar y los empujones nos dificultan caminar, más importante es tener presente que en el principio están los principios.
Con él dejo constancia de una convicción arraigada, la vida es mucho más que la política, por importante que esta sea y lo es. Y la política es mucho más que solo política. No tiene el ser humano cuerpo, mente y espíritu, individuo y ser sociable, una sola dimensión. Por eso son múltiples nuestros intereses, nuestras aficiones y nuestras querencias.
Alérgico al extremismo y al fanatismo, no me dejo atrapar en falsos dilemas. No creo en el dilema entre el estatismo, sea socialista o fascista, y el Estado mínimo o la ausencia de Estado. Creo en un Estado fuerte, no por grande e invasivo, sino por eficiente y por apegado a un Derecho que lo orienta y lo limita. Como es falso también el dilema entre colectivismo e individualismo, cuando existe la opción de la responsabilidad personal y social y la solidaridad. ¿Quiere decir que soy Reformista? Sí, claro, como corresponde a un demócrata cristiano o a un social demócrata, cierto, aunque también los conservadores más sensatos y los liberales más modernos comparten el reformismo sin mayores inconvenientes. Porque lo contrario al dogma no es otro dogma, sino la apertura intelectual, el juicio, la sana crítica, la razón. Eso es radical.]]>