Opinión

Alejando Araque, el último “romántico” del FUTVE

De los futbolistas que juegan en la Primera División en este torneo 2022, Araque es el que más tiempo tiene en un mismo equipo desde que debutó en la máxima categoría. Son seis las temporadas custodiando la meta del cuadro merideño, algo que no es común en el fútbol actual

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Araque

El martes fui al Olímpico con altas expectativas. Tantas, que estuve casi dos horas antes del pitazo inicial ya en el estadio. La realidad es que CONMEBOL nos hace ir con tanta anticipación (inexplicable) a la prensa y si sumas el hecho de lo difícil que se hace estacionar el carro, pues al final valió la pena llegar “de madrugada” al partido.

Jugaban Metropolitanos y Estudiantes de Mérida. El local, con tres victorias al hilo y mostrando un buen fútbol. En frente, un académico golpeado, hundido en una de sus más profundas crisis deportivas de la historia. Sin embargo, quería ver a su arquero, Alejandro Araque, de un extraordinario arranque en la liga. Si no fuera por sus intervenciones en las tres primeras jornadas, lo del equipo merideño sería algo realmente bochornoso.

Lamentablemente, como ha sido una constante en su carrera, el error llegó en el momento menos esperado: una pelota tomada fuera del área con las manos le valió la tarjeta roja que complicó mucho más la dura tarea de Estudiantes que era remontar un 0-2 en la ida en Mérida. Y es que Araque ha sido así durante sus seis años en Primera: actuaciones maravillosas que son opacadas por errores que aparecen justo cuando está en su mejor momento.

Muchos se preguntan por qué no ha tenido una oportunidad en la selección y por qué a su edad, apenas 26 años (la edad madura del arquero dicen que son los 30 años), no ha podido salir al extranjero. Creo que la respuesta termina estando en esa misma circunstancia: nadie duda de sus capacidades, de sus extraordinarios reflejos, de sus espectaculares atrapadas, de sus salvadas milagrosas, pero que pierda la concentración, para un guardameta, es algo de lo que no puede darse el lujo.

Ahora bien, no quiero aprovechar estas líneas para hablar de lo que necesita Araque, sino destacar y reconocer su fidelidad a los colores del equipo de su tierra, Estudiantes de Mérida. De los futbolistas que juegan en la Primera División en este torneo 2022, Araque es el que más tiempo tiene en un mismo equipo desde que debutó en la máxima categoría.

Son seis las temporadas custodiando la meta del cuadro merideño el orgullo del barrio Santa Anita. Seis temporadas defendiendo una sola camiseta, algo tan peculiar como extraño en nuestro fútbol, acostumbrado a que el sentido de pertenencia sea algo cuyo valor parece no importarle a sus propios profesionales.

Lo cierto es que la valoración sobre el tema no quiero hacerla aquí; prefiero destacar el compromiso y el amor que siempre ha manifestado Araque por la institución. Rescato un post tan pasional en su cuenta de Instagram que a pocos futbolistas, en años que tengo trabajando con el fútbol, he visto manifestar en relación a los colores que defienden. Déjeme transcribirlo: “Aquí nací, por años te vi y aquí debuté. Son 50 años de triunfos y derrotas, de alegrías y tristezas; son 50 años de identidad del pueblo merideño, de familias juntas un domingo solo para verte, alentarte y corear tu nombre. Ser parte de tu historia es la motivación más grande para continuar soñando, vestir tus colores y será de las mejores cosas que me han pasado, gracias por permitirme estar acá”. Así celebraba, con un sentido de propiedad tan genuino, el 50 aniversario de Estudiantes de Mérida.

Y esto gana mucho más mérito en un fútbol como el nuestro, en el que no puede exigírsele a un futbolista que permanezca fiel a una institución cuando existen tantos riesgos e inestabilidad económica. Es un profesional a carta cabal, gran padre, gran esposo, gran hijo. Un caballero que resiste las fieras críticas y no se deja iluminar cuando los focos de la fama le alumbran. En un fútbol que pierde cada vez más en su “fidelidad” y todo parece traducirse en un valor para determinar el futuro, Araque sigue en su Mérida desde que el viejo Manuel Plasencia le hiciera debutar con el primer equipo allá por 2016.

Hoy, seis años luego, con alegrías y tristezas de por medio, nadie es capaz de discutir que junto con Hugo Briceño, ha sido el arquero más importante de Estudiantes en estos cincuenta años de historia. No sé si el destino cambiará esta bonita historia que le relaciona con el académico, pero hoy es el futbolista que más tiempo lleva defendiendo una misma camiseta desde que hiciera su debut en profesional y eso es algo tan extraño como importante de destacar.

Alejandro Araque, el último romántico de nuestro fútbol.

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