Opinión

La explicación que nos deben, a propósito de Gentil Duarte

El desmadre militar y policial en Venezuela es de tal magnitud que grupos de las narco-guerrillas que operan en Colombia, terminan por dirimir sus ajustes de cuentas dentro de Venezuela

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En el lapso de un año han ocurrido los asesinatos de cuatro figuras, unas más importantes que otras, pero todas vinculadas a la narco-guerrillas de las FARC. Se trata de hombres, como fue el último caso, el conocido como Gentil Duarte, que optaron por permanecer en la clandestinidad en lugar de insertarse en la vida civil y en la lucha política democrática de Colombia, como se había pactado en 2016.

Estos cuatro hombres, incluyendo a Gentil Duarte que tenía el rango de comandante de las FARC y que jugó un papel clave en el proceso de paz llevado a cabo en Cuba, fueron abatidos en territorio venezolano entre mayo del año pasado y este mismo mes de 2022. Que sean cuatro casos ya nos habla de un patrón.

El gobierno de Nicolás Maduro y en particular el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, le deben una explicación al país. La sola presencia de estos narco-guerrilleros actuando en suelo venezolano sería motivo de un gran escándalo, que hayan sido asesinados dentro de Venezuela simboliza la incapacidad oficial de resguardar el territorio nacional.

Sea que el gobierno no haya sabido con antelación o sea que por la vía de los hechos lo haya aceptado, en cualquiera de los casos estamos ante hechos de gravedad mayúscula. En particular el caso de Gentil Duarte es muy grave y nos detendremos a comentarlo.

La historia vuelve a repetirse un año después. Las autoridades militares de Colombia han confirmado que el comandante guerrillero de las FARC, Gentil Duarte, fue abatido en territorio de Venezuela. Bogotá no se adjudica el hecho y desde Caracas el chavismo guarda silencio. En similares circunstancias fue asesinado en mayo de 2021 el guerrillero colombiano conocido como Jesús Santrich.

El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, confirmó este 25 de mayo los hechos. No se adjudicó el gobierno la responsabilidad de dar de baja a quien figuraba como el criminal más buscado del país. Molano citó “fuentes de inteligencia”: Miguel Botanche Santanilla, conocido como “Gentil Duarte”, una de las figuras centrales de las FARC murió tras un atentado con explosivos con un campamento en el que se encontraba en Venezuela.

Al igual que Santrich, Gentil Duarte falleció en el fronterizo estado de Zulia. A diferencia del guerrillero abatido en mayo de al año pasado, que estaba familiarizado con ese territorio, en el caso del comandante de las disidencias de las FARC no, y en realidad su zona de influencia estaba más al sur dado que se movía con facilidad por el estado de Apurre.

En Apure se vienen registrando distintas refriegas desde inicios de este 2022 que involucran a las FARC, al ELN, al ejército de Venezuela y a grupos delincuenciales que pugnan por tener el control del territorio y del tráfico de drogas.

Tal como ocurrió con Santrich, y ahora con Santanilla, como con otras figuras guerrilleras abatidas en territorio venezolano, el gobierno de Nicolás Maduro opta por guardar silencio. El ministro de Defensa Vladimir Padrino López tampoco se ha referido a estos sucesos.

El desmadre militar y policial en Venezuela es de tal magnitud que grupos de las narco-guerrillas que operan en Colombia, terminan por dirimir sus ajustes de cuentas dentro de Venezuela, comentó en Twitter el profesor Alejandro Alfonzo, quien cumplió una larga trayectoria en organismos de la ONU.

Para Alfonzo, que esto ocurra de forma repetida obedece a que las fuerzas armadas están involucradas, incluso su más alto mando, el general en jefe y ministro Padrino López.

Hace dos meses, la ONG internacional Human Rights Watch (HRW) documentó abusos contra habitantes humildes de la frontera entre Colombia y Venezuela, cometidos durante este 2022 por una actuación conjunta entre militares venezolanos y la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), según numerosas denuncias y documentación de casos que hizo la organización desde el terreno.

En diciembre de 2021, entretanto, también murieron en dos hechos separados Henry Castellanos, alias Romaña, y Hernán Darío Velásquez, conocido como “El Paisa”, quienes era considerados dos de los jefes más “sanguinarios” de las FARC.

Ambos igualmente fueron abatidos en territorio venezolano sin que las autoridades colombianas se atribuyeran la autoría de estos hechos, y sin que el chavismo se pronuncie sobre estos hechos.

De acuerdo con testimonios de conocedores del proceso de paz, Gentil Duarte estuvo en Cuba por varios años a partir de 2012, representando a las FARC hasta la firma del tratado de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos que se estampó en 2016. Este comandante, asimismo, fue de los primeros en renunciar a la vida civil y regresar a los campamentos.

El portal colombiano de periodismo de investigación, La Silla Vacía, basándose en especulaciones de la comunidad de inteligencia, sostiene que Gentil Duarte pudo haber sido asesinado por los hombres del ELN o de otra disidencia de las FARC bajo el mando de Iván Márquez, con quien estaba enfrentado, o bien por cazarrecompesas o incluso por el propio régimen de Maduro.

Iniciado en la lucha guerrillera cuando era un adolescente, Santanilla estuvo unos 40 años en las FARC, llegando a ser una figura de peso en la estructura guerrillera. De acuerdo con la iniciativa de investigación InSight Crime, Gentil Duarte era quien controlaba los cultivos ilícitos, la extorsión y el procesamiento de la hoja de coca en vastos territorios de Colombia, además de ser el interlocutor con grupos criminales dedicados al narcotráfico de Brasil y México.

En Bogotá, la revista Semana ha recordado este 25 de mayo que hace un año, cuando en un ataque frustrado del ejército colombiano Gentil Duarte logró huir, se le pudo incautar su computador personal. En el computador fueron hallados documentos que probaban la estrecha relación y canales de comunicación entre las disidencias de las FARC y el régimen de Maduro.

Tal vez en esto último esté la clave de todo, especialmente ayuda a explicar el silencio oficial.

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