Opinión

Coartarse la ilusión

El escepticismo nos embargaba hasta que Venezuela Sub 23 superó a México 2-1 con una grandísima exhibición de Telasco Segovia, Yerson Chacón y compañía. Un auténtico partidazo con destaques individuales que nos ilusionaron a todos.

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Ilusión
Diseño: Yiseld Yemiñany

Ilusionarse es ese sentimiento que da ventaja a los sueños, a lo que pueda pasar más adelante para bien. Sin embargo, cuando esa expectativa no es tal, el golpe puede llegar a ser más duro de lo esperado.

Y es por eso que el aficionado al fútbol en Venezuela, en los últimos años, se ha vuelto escéptico. La desazón de encontrarse una y otra vez con golpes de desilusión ha hecho una llaga tremenda en el sentimiento de cada seguidor, sea de clubes o selecciones. Ahora con las redes sociales, las manifestaciones de descontento son más palpables, se perciben a cualquier nivel.

Entonces surgen esos comentarios críticos contra quienes mantenemos la fe o la ilusión. Desde “vende humo” hasta “irresponsables” nos han llegado a tildar cuando tratamos de sembrar la semilla del “sí se puede” con la esperanza puesta en que un día las cosas van a cambiar. ¡Y cada quien es libre de esperar algo bueno o malo del fútbol nuestro!

“Ya lo van a agrandar”, “ya lo van a empavar”. Dos frases lapidarias que recibes cada vez que destacas un jugador o el desempeño de un equipo o selección de Venezuela. Entonces te contagias de esa desazón o muchas veces prefieres ser prudente antes de expresar esa ilusión, antes de alabar al buen futbolista, al logro de un equipo.

Entonces entras en una realidad en la que ha quedado demostrado que muchos de los futbolistas que alabas, se quedan en el camino de una carrera exitosa y esa desilusión termina aplastando cualquier criterio de crecimiento y progreso.

Decía mi amigo y periodista Humberto Turinese en estos días en su cuenta de Twitter: “Aprendí a cuidar el elogio. A veces el talentoso emociona y endoso etiquetas superlativas a chamos que comienzan su carrera en el fútbol profesional. “Crack”, “fuera de serie”, “talento impresionante” y termina siendo contraproducente. El que me deslumbra aquí afuera suele costarle mucho. Los niveles de exigencia son otros. A ser cauto y realista”.

Entonces nos hemos acostumbrado a ser prudentes, a no expresar lo que realmente podemos sentir, a manifestar esas emociones porque después la inquisidora opinión de todos te hará quedar en evidencia apenas lo que apostamos por el éxito, fracase.

Escribo todo esto porque esta semana Venezuela vivió tres victorias de sus selecciones. Dos triunfos en el Torneo Maurice Revello del combinado Sub 23 y la presentación de la absoluta ante Malta. Y justo antes hubo críticas a pesar de ganar y dejar el arco en cero. Se consideraban débiles los rivales, pero no se tomaba en cuenta que el trabajo se estaba haciendo: hacer pruebas alcanzar lo que tanto hemos reclamado, como son los resultados.

El escepticismo nos embargaba hasta que Venezuela Sub 23 superó a México 2-1 con una grandísima exhibición de Telasco Segovia, Yerson Chacón y compañía. Un auténtico partidazo con destaques individuales que nos ilusionaron a todos. Se llenaron las redes de mensajes de ilusión, de buena expectativa, de alegría.

Creo que no debemos ser extremistas en estos casos. Si bien debemos ser prudentes con nuestro mensaje como comunicadores, porque el pasado advierte que son más las frustraciones que la conquista de las ilusiones, no debemos dejar de apreciar y alabar lo que se hace bien, lo que tanto nos ha costado lograr a lo largo del tiempo. Lo demás son probabilidades, son posibilidades. Consideremos lo actual, lo real, con el nivel de atención que requiera.

Equilibrio es la clave. No permitamos coartarnos la ilusión, pero seamos siempre prudentes.

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