El libertario Javier Milei, un economista antisistema que sacudió el tablero político en Argentina como el candidato más votado en las primarias presidenciales, impulsa propuestas polémicas en economía, salud, educación, ciencia y en la reducción del Estado.
Estas son algunas frases, dichas en los últimos tres meses de campaña electoral, que definen su pensamiento de cara a las presidenciales del 22 de octubre.
Preparado, listo, ya
Dio el salto a la política hace apenas dos años, cuando fue elegido diputado. Y ahora actúa como si fuese presidente electo: «Estoy trabajando como si me tocara asumir mañana, tenemos todo armado por si nos llaman mañana«, aseguró.
Dolarizar
Para combatir una inflación superior al 100% anual, Milei propone detener la emisión monetaria y dolarizar.
«Es recontra (súper) fácil dolarizar Argentina. Esto terminaría con la estafa que es el peso, que se derrite como barras de hielo en el Sahara», dijo.
Para completar su plan, propone eliminar el Banco Central. «El Banco Central el año pasado, con el impuesto inflacionario, robó 6 puntos del PBI, y este año nos va a robar 6 puntos más. Entonces, es una estafa y sucede porque la inflación es un impuesto no legislado», sostuvo.
Y está seguro de que no espanta a los inversores: «¿Alguien es más pro mercado que yo?», preguntó.
Milei y el mundo
Milei dice que las relaciones con Estados Unidos e Israel serían privilegiadas en un hipotético gobierno suyo. En cambio, rompería con China porque en ese país «la gente no es libre, no puede hacer lo que quiere y cuando lo hace, los matan». «No hago tratos con comunistas».
«Mis aliados son Estados Unidos e Israel, y es más, mudaré la embajada de Tel Aviv a Jerusalén», afirmó.
«Cuando el UNO (como se refiere a Dios) le ordenó a Moisés que rompa las primeras tablas de la ley, la primera palabra que pronunció fue Jerusalén, y ahí fue donde el rey David estableció la capital, por lo tanto hay que llevar la embajada desde Tel Aviv a Jerusalén», explicó.
Órganos y aborto
«La venta de órganos (humanos) es un mercado más«, opinó este economista admirador de Adam Smith. En esa línea opina que los órganos humanos pueden ser una mercancía: «Mi primera propiedad es mi cuerpo, ¿por qué no voy a poder disponer de mi cuerpo?».
«Hay 7.500 personas sufriendo, esperando los trasplantes, hay algo que no está funcionando bien. Busquemos mecanismos de mercado para resolver este problema», propuso.
También plantea derogar la ley del aborto, aprobada en 2020. «Cuando construís sobre un principio moral incorrecto, el resultado es inmundo. ¿Cómo puede ser un derecho ganado poder matar a otros seres humanos?», opinó.
«Como liberal creo en el derecho irrestricto a la vida del prójimo basado en la defensa de la vida, a la libertad y a la propiedad. Defiendo la vida, la biología dice que la vida inicia con la concepción», sostuvo.
La justicia social, una aberración
«Estamos ante el fin del modelo de la casta basado en esa atrocidad de que donde hay una necesidad nace un derecho, pero se olvida que ese derecho alguien lo tiene que pagar, y cuya máxima expresión es esa aberración llamada la justicia social que es injusta porque implica un trato desigual frente la ley», dijo para oponerse a las ayudas sociales que reciben más de 19 millones de personas en un país con 40% de pobreza.
Milei no se siente parte del sistema político. «Para mí el Estado es un enemigo y los políticos son los que viven del Estado», aseguró.
«Micky Mouse es el aspiracional del político argentino, porque es una rata asquerosa que la quiere todo el mundo», opinó.
Plan motosierra
Si Milei es presidente, ¿quién será su ministro de Economía?: «Alguien tan ortodoxo como yo, al que le gusta la motosierra tanto como a mí«, respondió en referencia a su plan para reducir el Estado a su mínima expresión.
Lapicera en mano, tachó varios ministerios en un organigrama gigante en una entrevista de TV. El de la Mujer era uno de éstos, porque «no se trata de derechos, se trata de privilegios. Lo que tenés que garantizar es la igualdad ante la ley», afirmó.
También propone eliminar el Consejo Nacional de Investigaciones Científica y Técnicas. «Eso que quede en manos del sector privado, que (los científicos) se ganen la plata sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad a mejor precio, como hace la gente de bien», afirmó.