Cine y TV

¿Por qué Turning Red ha despertado tanta controversia?

Centrada en una adolescente de 13 años que se transforma en un enorme panda rojo según sus cambios de humor, "Turning Red" toca puntos que son casi tabú. Le han llovido críticas y también aplausos

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La película «Turning Red» de Pixar se ha convertido en punto de controversia en la gran conversación de redes sociales. ¿El motivo? La película de Domee Shi analiza la menstruación, la pubertad y los cambios físicos del cuerpo femenino con una peculiar frontalidad.

Como si eso no fuera suficiente, la película ha sido acusada de “local, insignificante” e incluso trivial. ¿Qué ocurre que la historia de una niña de 13 años que se transforma en un panda gigante rojo según su humor despertó semejante polémica?

Hace unos días, el crítico de cine Sean O’Connell criticó con especial dureza a la película «Turning Red» (2022). Y lo hizo desde una singular animadversión. El escritor insistió en su cuenta oficial de Twitter que el argumento era “en exceso local”, además de explicar que “aunque reconoció el humor, no llegó a conectarse con él”.

Metáfora evidente

El guion narra la historia de una niña china canadiense, que hereda el inexplicable don de convertirse en un panda rojo gigante según sus cambios de humor. El argumento analiza la extravagante transformación como una metáfora evidente de los cambios que atraviesa su personaje principal a través de la pubertad.

Pero más allá de lo extravagante de su premisa, «Turning Red» toca varios puntos que la han convertido, casi de manera accidental, en motivo de discusión. Por un lado, se trata de la especial atención que la directora y coguionista Domee Shi pone sobre los cambios que atraviesa el cuerpo femenino al madurar. Al otro extremo, la interesante visión sobre el mundo adolescente y su bulliciosa, desordenada e ingenua energía.

La película de Pixar toma riesgos poco frecuentes al traer al centro de la discusión de la cultura pop la herencia ética, los vínculos familiares e incluso, la percepción del contexto como parte de la historia personal.

O’ Connell dejó claro que la película le había decepcionado y por varios puntos distintos. Una opinión que parece compartir una considerable parte de los fanáticos de la audiencia. En redes sociales y otras plataformas, «Turning Red» se debate desde la óptica que es un intento torpe de Pixar de mostrar temas complejos de manera trivial. También, el hecho de que el excesivo elemento local y puntual del argumento hace que sea difícil conectar con una audiencia universal. O al menos, esa ha sido la insistente justificación a la inexplicable animadversión que el film despertó en parte de los tradicionales fanáticos de Pixar.

El gran ¿por qué?

La gran pregunta es inevitable: ¿por qué «Turning Red» incómoda de la manera en que lo hace? Más allá, ¿qué provoca que su argumento basado en la fantasía sea considerado puntual o incluso incomprensible para la gran audiencia?

El debate alrededor de la película parece relacionado con algo más complicado que la simple idea de que el argumento tienda hacia lo infantil. O incluso, que sea una excusa para un tipo de humor menos elaborado del que Pixar suele mostrar en sus producciones. Un debate que quizás sea el punto más álgido por los experimentos argumentales del estudio.

Con el alma al cuerpo a la vida de una niña común

Los debates alrededor de las más recientes producciones de Pixar son cada vez más frecuentes. Hace dos años, la película “Soul” de Pete Docter y Kemp Powers despertó una malsonante y cada vez más extraña discusión. La cuestión sobre si la producción de Pixar había rebasado la idea del humor dirigido a un público, para enfocarse en temas más trascendentales y adultos estuvo en todas partes.

Pero también, el insistente cuestionamiento: si Pixar había perdido su cualidad para dialogar tanto con mensajes sutiles y amables, con otros más profundos. El film llegó a ser considerado “el gran fracaso del estudio” por parte de la prensa especializada y un considerable número de fanáticos.

Meses después, “Luca” (2021) de Enrico Casarosa, provocó un verdadero malestar acerca de los aparentes mensajes subyacentes. La película sobre la amistad de dos niños (uno de ellos, una criatura marina), despertó especulaciones de todo tipo acerca del verdadero mensaje tácito en una obra de tránsito hacia la adolescencia.

Un momento de la película 'Luca' de Pixar que estrena Disney+ en su plataforma.

La interpretación de que Pixar trataba de mostrar un romance adolescente gay en medio de film infantil incómodo disgustó a la audiencia más conservadora. Y aunque el director explicó que se trataba “sólo de una amistad ingenua”, la especial química entre Luca y Alberto, terminó por traer a colación un tema esencial: ¿hasta qué punto Pixar comienza a trasladarse a espacios nuevos y cada vez más experimentales?

Los nuevos horizontes de Pixar

Hasta ahora, el estudio lo ha hecho con sus cortos, en lo que aborda, de forma delicada y conmovedora, temas que van desde la orientación sexual hasta discapacidades físicas. En 2020, el corto “Out” de Steven Clay Hunter, se centró en la historia de dos hombres enamorados que atraviesan el dilema de salir del closet.

En la película “Onward” también estrenada en el 2022, el estudio incluyó a una pareja del mismo género. En ambas ocasiones hubo críticas sobre las intenciones del estudio al mostrar diversidad e inclusión. Aun así, Pixar continuó en la experimentación de nuevos temas y puntos de vista en sus producciones.

Pixar se esfuerza siempre que puede y de la manera que puede, por forjarse un estilo y discurso propio. El 24 de enero del 2006, el estudio fue comprado por Disney, lo que le puso en la complicada situación de encontrarse bajo la sombra del gigante de la animación. Eso ha provocado decisiones que van desde argumentos novedosos hasta debates públicos sobre la pertinencia de la política del estudio, sobre la necesidad de profundizar en temas polémicos.

Pero más allá de eso, las premisas de Pixar maduran, crecen y se diversifican con su audiencia. «Turning Red», que abarca la herencia étnica, filial, la emocional y plantea los cambios de la pubertad femenina como nuevo territorio de exploración, es una respuesta clara a la inclinación del estudio por analizar su entorno con propiedad. También, de enviar un mensaje universal y profundamente sentido sobre la percepción de la identidad que trasciende límites de discurso y narración.

«Turning Red», que dedica una escena completa a un diálogo emocional entre madre e hija sobre la menstruación, marca un hito en la historia del estudio. También, en la del mundo animado estadounidense. Lo mismo, la breve, pero significativa presencia de un personaje con un parche de insulina, uno sij con turbante y el de una niña que podría identificarse como no binaria. Poco a poco, Pixar se comunica con un nuevo tipo de audiencia. Una que se reconoce en estas producciones y promueve discusiones más allá de la multipantalla.

El futuro incierto de La lámpara saltarina

Ahora mismo, Pixar no atraviesa el mejor momento de su historia. Desde el 2020, ninguna de sus películas ha llegado al cine. Y la decisión de Disney de enviar directamente la película a su plataforma streaming, ha provocado sospechas de una censura sutil al material del estudio. También, los debates sobre su temática llegan a su punto más álgido.

¿Cambiará Pixar su decisión de afrontar temas nuevos y universales a pesar de la incomodidad que provocan? Lo más probable es que no. Aun así, resulta preocupante el futuro del estudio, en medio de discusiones y tensiones sobre sus decisiones creativas cada vez más duras. Un paso hacia la madurez que incluso Pixar debe enfrentar.

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